Te escribo a ti quien tal vez vive en el pasado o bien se proyecta hacia el futuro.
Te escribo a ti quien no ha aprendido a situarse en el presente, en el instante santo y en el momento oportuno.
Te escribo a ti quien durante años se ha quedado solo y sin más compañía. Te escribo a ti quien por momentos siente que se derrota y sufre un quebranto.
Te escribo a ti quien ha caído una y mil veces y una y mil veces ha sido capaz de levantarse.
Y una y mil veces ha sentido que se hunde en el abismo. Camina mar adentro y se sumerge y se deja llevar por el vaivén de las olas.
La vida no es otra cosa sino tiempo y el tiempo en realidad no existe. El tiempo fluye…es etéreo.
Antaño fuiste joven y casi sin haberte dado cuenta. Día a día te has ido acercando a la senectud.
Época de la generatividad, los nietos empiezan a llenar los espacios vacíos en todos los hogares.
Y la vida se hace cada vez más difícil para ti que vives solo y por momentos incluso dialogas hasta contigo mismo.
Le temes a la posibilidad de quedarte sin trabajo, mas siempre habrá una puerta abierta para ti y siempre una oportunidad para seguir.
Lo único que yo te pido es que no temas…no temas…sé valiente y recuerda, que la vida se vive un día a la vez…un minuto a la vez…un instante a la vez.
Y caminar así es más fácil…andar así es más sencillo, el pasado es fugaz…es nada y el futuro es lo inexistente…lo invisible…lo que no ha sido.
Vive un día a la vez…vive un instante a la vez.
cabramontes57@gmail.com