Sociedad

Carta al talador furtivo

  • Cartas del Desierto
  • Carta al talador furtivo
  • Leonor Domínguez Valdés

Hoy al despertar corrí las cortinas para ver el árbol que solía sonreírme cada mañana.

El servía de cobijo a los pájaros, era pródigo en brindarles sombra a los caminantes y por las noches, servía de refugio a los enamorados.Sí he dicho…solía…porque hoy mismo he mirado como es que la mano de un hombre lo ha asesinado.Ha sido un hachazo invisible que le ha cercenado de un solo tajo y se lo ha robado a la tierra desde la raíz.

En su lugar hay nada…solo arena y vacío y ahora el sol incandescente perfora las entrañas del planeta.¡Ay! no tengo miedo alguno de decir, que soy profundamente sensible y que he llorado después de haber visto semejante crimen.Ya en calma he ido a acariciar el tronco y he pensado que él merece convertirse en mucho más, que no sea solamente leña que acabe por convertirse en carbón.

Si yo fuera escultora, si pintara seguro haría de él una obra de arte, pero como no se hacerlo aprovecho esta carta, para hacer un aviso de ocasión: ¡Se solicita artista que le vuelva la vida a mi árbol muerto!Y mira árbol mío, que me he hecho el juramento de volverte a tu sitio y serás nuevamente lo que estuviste llamado a ser--un astil que apunta al cielo--ancla que se encaja en el fondo del mar.


cabramontes57@gmail.com

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Queda prohibida la reproducción total o parcial del contenido de esta página, mismo que es propiedad de MILENIO DIARIO, S.A. DE C.V.; su reproducción no autorizada constituye una infracción y un delito de conformidad con las leyes aplicables.
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