¿Hay una sensación del mundo al revés? Estamos en escenarios más caóticos de intolerancia, la ausencia de agua, va a repercutir en toda una cadena económica y social.
Y veo a la señora que limpia un templo, lo hace con la manguera abierta, a borbotones, con más presión de lo que hay en colonias de Altamira; y a un supuesto ambientalista, sin pudor, regando como si estuviéramos con las lagunas plenas.
¿No observan la situación? ¿Será tan difícil lograr una empatía? Yo, con mi bote de yogurt regando las orquídeas, los helechos, mis pobres plantas con el agua que produce el aire acondicionado toda la noche ¡qué cosas!
Además, el sol nos trae cansados, de mal humor. ¿Y a dónde nos vamos? ¿Huyo o me evado?
Los noticieros amarillentos, las redes, primero insultan con memes clasistas, misóginos, racistas, y al siguiente una oración a la Virgen, incongruencias de la vida cotidiana.
Y en esta turbulencia emocional, aún hay gente linda, que hace la diferencia, que nos recuerda nuestra humanidad.
Lo viví con una pareja, de invernales canas, el rostro dulce, bellos, yo, le pegué a su carro, se bajan y me dicen: “no se preocupe, señora, tiene seguro, no fue nada”.
Insistía en mi culpa, en que también lo viera mi seguro, no quisieron.
Infracción al orden, aún existe la bondad, todavía me dicen: “es que, a esta hora, andamos de mucha prisa, no pasó nada”.
También nos ayuda la cercanía del mar. En su rumor, salta, revienta la ola, truena en tu piel, te acaricia, lava las heridas y da paz.
Es igual que un libro en cada página, las imágenes te envuelven, te embarcas a la deriva, te sueltas con ellas a navegar, en letras te fundes al ritmo de las historias, de los versos, de las metáforas que sustituyen por instantes la realidad.
Personajes como Pedro Páramo, Arcadio Buendía, Sandra Mendoza, Liliana, Algaida, Soledad Montoya son cómplices de locuras.
Federico García Lorca, en esta crisis, ha sido mi catarsis; este domingo después de ir a votar, me perderé en los versos vanguardistas del granadino.
Lo invito a que el viernes 14 acompañe a Taller Sie7e, en una lectura en la Casa de la Cultura, le refrescará las ideas y su espíritu. Carpe diem.
