A pesar de que la inflación de la semana pasada volvió a sorprender para bien en Estados Unidos, la Fed insiste en su discurso de que la próxima semana subirá la tasa de interés. La cifra anual ya cayó a 3% después de haber llegado, en su peor momento durante la pandemia, arriba de 9%. Viendo esta evolución consistente a la baja, me parece que la Reserva Federal tiene espacio para no subir la tasa y dejarla en 5.25%; sin embargo, su discurso ha sido tan consistente en que faltan un par de aumentos, que difícilmente veo que cambien de opinión.
Mi mayor preocupación es que se les pase la mano con los incrementos y, de mantener muy altas las tasas por un periodo prolongado, se genere una recesión como consecuencia de este endurecimiento monetario excesivo. También es cierto que la Fed tiene mayor información que nosotros y que debemos confiar en que saben lo que están haciendo.
Por otro lado, esta semana tendremos mucha información, empezando por el arranque de reportes trimestrales de empresas que cotizan en bolsa en México y en Estados Unidos. De hecho, el viernes pasado empezaron muchos bancos y sus reportes sorprendieron de manera positiva. En general, se espera de nuevo una temporada que no será espectacular, pero que puede volver a sorprender y salir mejor a lo esperado por el consenso. Reportan más de sesenta firmas de muchos sectores. Destacan los de American Express, Bank of America, Goldman Sachs, Johnson & Johnson, Netflix y Tesla.
También tendremos reportes de inflación importantes en la Unión Europea y Gran Bretaña. Recordemos que allá el indicador también ha bajado, pero menos de lo esperado. De hecho, en sus últimas decisiones de política monetaria, ambos bancos centrales han seguido elevando la tasa de referencia. También hemos visto una mayor cautela en su actuación por el conflicto entre Rusia y Ucrania y por el brexit, que han impactado de manera negativa a las economías de la región. En relación al conflicto armado, surge una nueva complicación: Rusia ha decidido no prorrogar el acuerdo de exportación de granos y alimentos que mantenía con Ucrania y que puede tener consecuencias importantes en aumentos a productos agropecuarios.
China ha sido noticia global de cara a la desaceleración que enfrenta. Registró un menor crecimiento económico al previsto, motivado en gran medida por una fuerte caída en sus exportaciones. De hecho, esta semana hay decisión de política monetaria y podemos ver de nuevo un descenso para motivar crecimiento económico y buscar contrarrestar los efectos de una desaceleración.
Seguimos viendo un peso muy fuerte, cotizando por debajo de 17 por dólar. En diversas ocasiones he dicho que se trata de una fortaleza coyuntural que es consecuencia de los grandes flujos de inversión extranjera directa y remesas. La tasa de interés no es una de las causas, ya que ni con 6 puntos porcentuales de diferencia hemos sido capaces de tener flujos positivos en ese rubro. Sigo pensando que es un buen momento para acumular dólares e invertirlos en acciones de ese país. Como inversión a largo plazo, no nos vamos a equivocar. Ver el saldo en pesos y vender dólares en este momento, impacientarse y desesperarse es un gran error.