La semana pasada fue buena en términos de cifras y de resultados. La Fed tuvo su reunión y, como se esperaba, no movió las tasas de interés. Lo trascendente estuvo en el comunicado de Jerome Powell, quien dio un poco más de calma y visión hacia lo que viene. Sus palabras fueron menos duras; un discurso más optimista que dejó abierta la puerta a posibles bajas: una o dos en lo que resta del año —una quizá en septiembre y la otra en diciembre—. Algo importante que mencionó es que a pesar de que la ruta contra la inflación ha enfrentado resistencias, descartó que pueda haber incrementos, lo que le gustó mucho a los inversionistas.
Esta semana siguen los reportes corporativos. Creo que eso será la guía del mercado. (Por cierto, hasta ahora, 80 por ciento ha reportado mejor a lo esperado). En el caso de Apple, el reporte también fue bueno, pero lo que más lo impulsó fue el agresivo programa de recompra de sus acciones: $110 billones de dólares, el más grande de la historia. El mensaje que mandó la empresa con este hecho es muy positivo para los inversionistas en la marca.
Otra de las magníficas que reportó muy bien fue Amazon, que también provocó que el precio del título esté cerca de máximos históricos.
Además, esta semana destacan reuniones de bancos centrales. Entre ellos, el de Inglaterra y de México. También se van a publicar las minutas del Banco Central Europeo.
En cuanto a Banco de México, pienso que no habrá movimientos y dejará la tasa en 11 por ciento. En lo personal, considero que hay “espacio” para bajar y recortar la diferencia con Estados Unidos. Con ello, el tipo de cambio puede depreciarse algo, bajar el costo del pago de la deuda y ayudar a la economía nacional a financiarse más barato.
También conoceremos la inflación de abril. De no haber sorpresas negativas, con mayor razón creo que se puede bajar.
Seguimos en modo alerta en los conflictos geopolíticos. De momento, ninguno ha escalado. Esperemos que así se mantengan.
