Ocurrió como lo comenté la semana pasada, la inflación en Estados Unidos salió bien; sigue bajando y la lectura anual cayó de 4.9 a 4%, aunque la inflación subyacente —aquella que descuenta los componentes más volátiles—fue salió ligeramente arriba. Por ello, la Fed decidió dejar la tasa de referencia sin cambios en 5.25%. En consecuencia, Jerome Powell tomó la palabra para curarse en salud: “Decidimos hacer pausa, no subir. Los últimos datos siguen mostrando una tendencia bajista, pero hacia adelante podemos subir un par de veces más”.
Esto puede interpretarse de varias formas pero, en mi opinión, hay dos posibles lecturas: o se está cubriendo ante un posible brinco de la inflación o está siendo congruente con un discurso duro y frontal, decidido a regresar el aumento de precios a 2%.
Si la inflación de junio vuelve a salir bien, puede de nuevo hacer pausa y seguir con el mismo discurso, es decir, no mover tasas y ser enérgico en esta lucha. Si la inflación saliera alta, puede justificar un alza en julio, como para lanzar un “se los dije”. Habrá que ver.
En lo personal, espero que la trayectoria siga a la baja, que las tasas hayan alcanzado ya su techo y que se mantengan altas por un periodo prolongado. Es necesario decir que si la inflación sigue disminuyendo, el mercado podrá continuar la recuperación, pero si presenta un escenario contrario, puede haber un ajuste. Esto no cambia mi visión de largo plazo de mantener las posiciones o acciones. Tampoco de construir posiciones que ya traigan bonos de largo plazo para aprovechar las tasas altas por un periodo más prolongado.
Espero que este jueves, Banco de México deje las tasas sin cambio en 11.25% y que en su comunicado también “se cure en salud” al señalar que los riesgos inflacionarios permanecen y que seguirá evaluando si es o no necesario volver subir la tasa. Muchos se pueden cuestionar si el jueves Banxico, al conocer que descendió la inflación durante la primera quincena de junio, puede bajar la tasa. No lo creo.
Quiero reiterar que México, pese a tener una tasa 6 puntos porcentuales más alta que la de EU, no es receptor de inversión financiera, es decir, en este año y en los tres anteriores el saldo ha sido negativo. Ha salido mucho dinero.
El peso sigue muy fuerte. Insisto que los extremos son malos. No es bueno tener una moneda muy débil, pero tampoco una demasiado fuerte. El exceso de dólares por inversión extranjera directa y las remesas son los principales responsables. La apreciación del peso cerca de $17 por dólar está haciendo mucho daño a exportadores, receptores de remesas, turismo e importaciones, que resultan en muchos casos más baratas que lo hecho en el país. En conclusión, es un nivel atractivo para comprar moneda extranjera, y quienes ya tienen dólares más caros, deben mantenerlos e invertir.
Hay muchas decisiones de política monetaria esta semana. Destacan Brasil, Indonesia, Noruega, Turquía, Suiza y Reino Unido.