Hubo sorpresa y con eso nos podemos quedar. Acudiendo a lo tradicional, los partidos hay que jugarlos, y al celebrarse van apareciendo las posibilidades.
Los Rayados a medio andar no daban señales de intensidad ni de preocupación. Entonces, ¿Por qué ganó Santos?
La pregunta encierra varias respuestas, y una de ellas es a que los laguneros jugaron bien.
Sus aproximaciones al área regiomontana indicaban peligro porque con balón controlado supieron acercarse sin temor a la tendencia de que no eran favoritos.
Con facilidades arbitrales, todas ellas discutidas para un lado u otro, esta victoria santista endereza el rumbo.
Poco se creía en este triunfo, lo debemos admitir, es por ello que la fe del grupo en poder triunfar los fortalece para ir demostrando que todavía tienen algo que ofrecer, preciso y hasta precioso para el futuro cercano.
Como siempre en cualquier juego, las acciones específicas del partido fueron marcando la trayectoria y casualmente todas a favor de Santos.
Desde el penalti a favor de Monterrey que echaron para atrás, el encontronazo entre Medina y el portero regio, la expulsión de Funez Mori y la revisión del penal que anotado, otorgó la victoria.
La duda de estas decisiones envuelve en polémica si Santos debió haber ganado.
Eso lo dejamos para la historia del futbol porque no es el primer encuentro en el mundo que presenta tanta incógnita.
Haya sido como haya sido, la victoria se la adjudicaron a Santos que a su vez aportó elementos de buen accionar para merecer.
Pregunta: ¿En el actual torneo, cuál ha sido la mayor sorpresa? Mazatlán que derrotó a Tigres, Chivas que venció a León, o Santos victorioso ante Monterrey.
Hay para escoger.