La ficción estuvo a punto de ser superada por la realidad. Santos Laguna se atrevió a desafiar a todo el estadio Azteca junto a sus dueños, moradores, colegas y jugadores.
Nadie daba crédito a la presencia de un 3 a 1 a favor de la visita. Parece que la tragedia no puede vivir sola y tiene que estar acompañada.
En Querétaro ese 3 a 3 fue al revés o diferente porque los laguneros fueron los que empataron en el último minuto.
Ahora la ficción quiso ser real para recordarle al Santos que es humano y esto se goza de manera compartida.
El que alcanzó en las postrimerías en la Corregidora, fue alcanzado en las mismas instancias en el Azteca. Venganza cobrada.
Casi como para afirmar que el saldo tenía que ser cero. La hiciste, y bien, pues ahora la pagas y también, bien.
Lindo juego donde los vaivenes le pusieron emoción al gol y las anotaciones contentaron a los que mucho han hecho y se la siguen creyendo.
Estas dos salidas seguidas con sendos empates a tres nos pueden ayudar a ubicar mejor al Santos de estos días.
Es necesario creer más en él para visualizarlo mejor posicionado al momento de llegar a la liguilla, esperando que su entusiasmo y su buen actuar se sostenga.
Nuestras liguillas son perversas y esto lo deben saber todos. Aquellos que ya hacen campeón a determinado equipo, prefieren ignorar como olvidándolo, que este trance llamado liguilla se supera jugando, no imaginando.
En postemporada, la realidad suele superar también a la ficción.
No se podía imaginar que Santos pudiera poner en predicamentos al asombroso América.
Sin embargo lo hizo para beneplácito y sorpresa del país futbolero porque la derrota siempre estuvo más cerca de los amarillos.
El 3 a 3 quería regresar al lado del mismo equipo que cuatro días antes lo había logrado.
¿Cuál 3 a 3 fue más impactante?