Apenas con dos jornadas, ni Atlas ni Santos han ganado.
No se pretende incomodar tan temprano pero tampoco es sano ignorar que su condición actual es ésa.
Con esto no se busca exhibir su no grato momento porque si a ésas vamos, los poco humildes Rayados no tienen cara para presumir algo que pueda llamar la atención.
Los medios hermanos se enfrentan con más desequilibrios que cercanías.
Parece que ambos están en fase de prueba como si todavía el torneo no hubiera empezado y los puntos no se ganan pero tampoco se escapan.
¿Será que se pusieron de acuerdo para justificar su precario inicio? ¿Acaso es un mal organizacional?
El ímpetu de Ignacio Ambriz es admirable porque valora mucho lo que sus dirigidos hacen, y él lo resume en la incómoda palabra de “esfuerzo” demostrando que por lo pronto lo único que pueden ofrecer es precisamente eso, entrega, sacrificio, pundonor, actitud en alto, ganas de estar, hacerse presentes, correr y seguir corriendo. Poco o nulo futbol.
Ya vendrán mejores y más agradables momentos capaces de inspirar actuaciones decentes que poco a poco puedan fortificar lo que se pretende.
Por lo pronto, enfrentar al medio hermano, veremos con qué recursos aparte de la fe.
Y es que a eso hemos llegado. A tener que esperar a que algo agradable suceda sin estar seguros de que podrá hacerse presente.
En Santos es más el esfuerzo mental de credibilidad que la convicción de que existe un plantel capaz.
Así se vislumbra el torneo
