Otra vez aparecen ciertas anomalías en el trajín del futbol mexicano.
La jornada uno no se jugó completa, un equipo cambió de estadio, los clubes no le prestan jugadores a la Selección Mayor, y en el seno interno del arbitraje dan de baja a un muy buen elemento.
Siguen siendo las cosas raras muy exclusivas de lo nuestro.
Hasta parece que se proponen hacer las cosas bien pero luego las detienen porque realmente no existe una jerarquía ni de actuaciones ni de valores.
Javier Aguirre creyó que lo que él pidiera se le iba a conceder. Iluso; pensó que sería el “mandamás” y nunca se detuvo a cuestionarse que lo que realmente importa son lo clubes, y éstos no prestaron a sus jugadores para acudir a un par de juegos lejanos que nada nuevo ni bueno traerán.
Otra cosita rara. Un jugador mexicano anunció su retiro pero de pronto apareció por convicción organizacional.
La presencia de James obligó a alguien a reconsiderar que sería conveniente para todas las partes.
Se les desea éxito pero también se les recuerda que el futuro no se fabrica con jugadores que ya no aportan de manera significativa.
¿Usted tiene en su haber alguna cosa rara de nuestro futbol? Puede decir que le sobran argumentos e ideas pero que no vale la pena ofrecerlas porque la industria se mantiene muy cerrada.
El Club Santos no ofrece señales mínimas para realmente creer en él.
La filosofía operativa de la organización se encarcela a sí misma y manifiesta su nula intención de verlo mejor.