Política

Los buenos vecinos

Trato de entender qué es lo que hay en la cabeza de una persona que decide dirimir sus problemas con el prójimo prendiéndole fuego. Intento averiguar qué piensa aquel otro, un conductor que se trenza a madrazos con un repartidor que iba en su motocicleta, arriba de un puente vehicular. Seguramente la discusión inició con una bagatela del estilo de: “Tú te me cerraste, idiota”.  En pleno refuego el conductor empuja al repartidor al abismo que se antoja a varios metros de altura. Sin embargo, el asunto no se detiene ahí, lo que más llama mi atención es la parsimonia, la tranquilidad con la que el conductor que aparece en el video, regresa a su auto, le dice algo a su esposa, que también participaba en la refriega, cierra la portezuela trasera y se retira como si sólo se hubiese detenido a ver el estado de una de sus llantas traseras, en un estado de absoluta impasibilidad: no se asusta, no se lamenta, no parece preocupado en absoluto. De ahí podría perfectamente dirigirse a recoger a su hija y acariciar el cabello de la pequeña con la misma mano que usó para deshacerse del otro ciudadano. Por más que me esfuerzo, no consigo entender qué sucede con la gente, mi gente. Es el vecino blandiendo el arma contra el de al lado, porque no le gusta la música que éste escucha. El pasajero que no puede permitir que alguien se empecine en viajar a su lado, a pesar de la falta de espacio, y no entiende que todos tenemos derecho a llegar a tiempo al trabajo. Quizá estos eventos también sucedían antes, sólo que no había esa avidez casi onanista por mostrar, por exhibir instantáneamente la desdicha cotidiana.

Si bien el pacto social no está roto, sí se encuentra seriamente resquebrajado. Sin ser especialista, Dios me libre, me da la impresión de que nos encontramos en una especie de limbo social, en un espeluznante vacío en el que la autoridad ha desaparecido. Como si se hubiese generalizado la noción de que podemos hacer lo que se nos antoje y que no habrá consecuencias. Porque da la casualidad de que los encargados de velar porque las reglas (implícitas en ese pacto que antes aludía) se cumplan están ocupados en otras cosas para ellos más importantes. Los buenos vecinos que se las ingenien como puedan para mantener a raya a los malos vecinos.

Twitter: @contraperiplos

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Juan Casas Ávila
  • Juan Casas Ávila
Queda prohibida la reproducción total o parcial del contenido de esta página, mismo que es propiedad de MILENIO DIARIO, S.A. DE C.V.; su reproducción no autorizada constituye una infracción y un delito de conformidad con las leyes aplicables.
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