Tuve oportunidad de presentar un álbum muy peculiar en el pasado Festival de la Huasteca en Tantoyuca, Veracruz (del 2 al 4 de agosto). El Trío Aurora Hidalguense de alguna manera regresó a lo que hacían juglares y trovadores y conectó con el sentido narrativo de las canciones. En Recorrido Sonoro por la Huasteca (PACMYC 2017) registraron 13 temas que son como instantáneas o vistazos a poblaciones representativas de aquella región. Así, grabaron piezas como “Lindo mi Tampico”, “Huejutla” y “Amatlán”.
A continuación, les comparto un fragmento de una conversación mucho más larga con Gustavo Hernández (violín y voz), en la que repasa su historia, pero también su percepción del Son huasteco.
¿Cómo se dio el surgimiento del grupo, su desarrollo y cambio de integrantes?
No es un proyecto totalmente reciente. Ha tenido sus orígenes desde muchos años atrás, pues desde chicos cada uno de nosotros se formó en su espacio. Por parte mía y de Rodrigo (mi hermano) acompañamos a las danzas de nuestro pueblo (Inditas y Montezon) –que es Pesmayo, Xochiatipan, Hgo. - desde los 15 y 11 años, respectivamente. Nuestro aprendizaje fue lírico.
Raúl por su parte toca desde los 11 años y se formó en un contexto distinto, con la música de la sierra y tocando con el Trio Zacualtipán, en la ciudad del mismo nombre, igual desde pequeño y cuyo maestro fue otro personaje local, Faustino Villegas Lorenzo.
Cuando formamos nuestro primer trio lo llamamos Rincón Hidalguense y fue en compañía de Zeferino Hernández. Con él, en 2008 grabamos un álbum de nombre Orgullosamente Xochiatipenses pero el disco no se pudo promocionar adecuadamente y, poco después, las carencias hicieron que Zeferino desertara. Esto nos obligó a formar a un primo nuestro de nombre Gonzalo Hernández y con quien formamos Aurora Hidalguense.
Cuando empezamos a tocar con él, colaboramos con el Instituto de Investigación y Difusión de la Danza Mexicana A.C.; con ellos asistimos a diversos congresos nacionales e hicimos investigaciones, como el de la Danza de inditas de Pesmayo y la Boda indígena del mismo lugar. En esta etapa produjimos un material bibliográfico y un disco de nombre Xochisona, que contiene los sones tradicionales y la boda indígena. El tema del dinero hizo que Gonzalo se fuera también. En la siguiente etapa integráramos a Juan Eduardo de Jaltocán, Hgo. con quien también recorrimos muchos estados, aunque igual sin éxito y al poco tiempo se retiró.
Resulta que nosotros teníamos un evento próximo en un congreso en San Luis Potosí y no teníamos compañero; en esas fechas estudiaba la licenciatura en Administración en Huejutla y por casualidad conocí a Raúl Gómez a través de un amigo; en una noche de borrachera nos hicimos amigos, tocamos unos huapangos y a la semana lo invité a que se integrara con nosotros. Él no lo dudó y aquel mes de Julio del 2012 vio nuestra primera presentación como lo que hoy es Aurora Hidalguense.
¿En qué momento y partir de qué se tomó la decisión de hacer "Recorrido Sonoro por la Huasteca"?
Siempre hemos tratado de hacer cosas buenas y con fundamento, no sólo grabar por grabar, así que desde 2012 estuvimos pensando en un nuevo álbum más tradicional. En una salida a un evento íbamos platicando y escuchando las composiciones de algunos personajes y nos dimos cuenta de que existían varios huapangos dedicados a lugares, así que la idea que surgió fue la hacer un disco de composiciones sobre lugares de Hidalgo. Pronto, esa idea se amplió y decidimos hacer el álbum, pero de huapangos a lugares de la Huasteca; contemplando a Veracruz, San Luis Potosí, una porción de Tamaulipas y por supuesto Hidalgo.
Aun no sabíamos cómo se iba a llamar, pero en una entrevista y pachanga con mi amigo Efrén Fayad Islas, le conté la idea y me sugirió el nombre: De pueblo en pueblo, Recorrido sonoro por la Huasteca; lo compartí con mi equipo y lo ajustamos.
La idea era clara, íbamos a realizar un disco que recogiera las composiciones más emblemáticas compuestas a cada ciudad o pueblo de la huasteca y que cuando se escuchará se pudiera imaginar el contexto de cada sitio y tener algo así como un mapa sonoro.
¿Qué nos cuentas del viaje que realizaron para conocer las poblaciones y a personas relacionadas? ¿Alguna anécdota en especial?
Para informarnos sobre las canciones recurrimos a varios métodos, desde las fuentes de información que teníamos al alcance hasta la visita a compositores o en el caso de los finados, a sus familias; así como la asistencia al lugar propio. Este proceso se dio en etapas.
De todos los compositores, la visita a Omegar Salazar en Atlapexco creo que fue la más emotiva, pues con la amabilidad que lo caracteriza me mostro el espacio en donde tiene todo su acervo bibliográfico, sus composiciones, sus reconocimientos y trayectoria; me contó además las anécdotas de cómo había compuesto “Calnali” y “Huautla”, sus viajes, su visión del futuro del son y su deseo de seguir en la música hasta sus últimos días.
Otra gran tarde fue la que pasé con Alejandra Castillo Hoyos, hija del compositor Nicandro Castillo, que me abrió las puertas para contarme como su padre hacia sus composiciones encerrado y a veces de una forma espontánea formulaba algunas de los famosos versos que tienen sus huapangos, escuchamos sus cassettes caseros y, por supuesto, cantamos algunas de sus composiciones.
Otro caso fue el del Huapango “El Xoxocapeño”, que yo juraba era composición de Don Víctor Ramírez de Xoxocapa, Ver. Sin embargo, cuando me comuniqué con él, con toda la nobleza que lo caracteriza, me dijo claramente: “Na axkana ni chijchijki nopa Xoxocapeño, tlen nij mati ki chijki eli Viejo Elpidio” Yo no compuse “El Xoxocapeño”, quien sé que lo compuso fue El Viejo Elpidio. (originario también de esos rumbos).
¿Consideras que el Son huasteco es un núcleo cerrado, marcado por el autoconsumo o se van ampliando sus horizontes?
Para contestar esta pregunta me baso en algo: Cada que vamos a algún evento de huapango o a los famosos salones de Huapango en el Edo de México por ejemplo, se reúne una gran cantidad de gente que paga por el acceso a él, pero es notorio que todos quienes asisten son gente de las huastecas (Hidalgo, Veracruz, San Luis, Querétaro, Puebla.) que va a recordar y a disfrutar de la música que en sus pueblos escuchaba, casi no asiste gente nueva que sea de la ciudad y que vaya por curiosidad a conocer de estas fiestas. También nos hemos dado cuenta que la mayoría son gente ya grande, un 80% aproximadamente de cada evento.
En la huasteca, lo que ha dado mucho auge al son, son los talleres de música huasteca que se han implementado en municipios y que forman a la niñez y que mientras la formación sea correcta y con conocimiento del entorno, enfila a una generación nueva dispuesta a contribuir a la preservación del son y que incluye y atrae a nuevos públicos.
Con todo esto veo que al momento existe un núcleo con poca flexibilidad y que se propaga dentro de sí mismo; nosotros y las instituciones somos quienes la consumimos y la compartimos; es muy extraño que se de apertura y que cuando se presenta algo distinto llame la atención. De cualquier manera, la intención es llevar el Son a otro nivel: al de la profesionalización, porque creemos que se puede ser tradicional, pero transmitirlo de una manera profesional.
circozonico@hotmail.com
Recorrido sonoro por la Huasteca
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Juan Carlos Hidalgo
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