Allá por 1994 siendo presidente de los Estados Unidos, el Señor Bill Clinton y recién entrado en vigor el TLCAN, se convocó a la Primera Cumbre de las Américas que se celebró en Miami, FL, y fue ahí que se presentó la propuesta para el lanzamiento del Área de Libre Comercio de las Américas (ALCA), que entraría en operación en el año 2005 pero que finalmente no prosperó.
Diez años después un bloque de países encabezados por Fidel Castro y Hugo Chávez propusieron en el 2004 la conformación de la Alianza Bolivariana para los Pueblos de nuestra América, misma que en junio del 2009 se convirtió en ALBA-TCP (Tratado de Comercio de los Pueblos), actualmente conformada por 10 países (Cuba, Venezuela, Bolivia y Nicaragua más otros territorios del Caribe) y fue precisamente a los primeros cuatro a los que Joe Biden no invitó a la Cumbre de las Américas que se está celebrando en Los Ángeles, CA y que causó el enojo de nuestro Supremo Líder Don Andrés Manuel, que se solidarizó con esos cuatro gobiernos autocráticos para no asistir a esa Cumbre.
Pues bien, todos sabemos que tan malo resultó el pinto como el colorao, -decían en mi rancho-, pues ni la una ni la otra han servido para mayor cosa en lo concerniente al progreso y desarrollo de los pueblos de América, que es el objetivo primordial de ambas.
En el caso del ALBA, Cuba ha polarizado su organización y justamente hace un poco más de una semana que tuvo su XXI Cumbre mientras que para la de las Américas, esta será apenas su IX edición.
Estaremos pendientes de los posibles logros o de perdida de las iniciativas propuestas en ambas cumbres, pero siendo honestos creo que será solo para tomarse la foto oficial, los resultados podrán seguir esperando sin materializar nada relevante.