Marca. Nombrados en 1932 Bravos de Boston, renombrados años después como Pieles Rojas de Boston, trasladados a la ciudad de Washington con el mismo sobrenombre, obligados a cambiar de nombre por el de Washington Football Team y finalmente llamados Commanders de Washington en nombre de la ley, son el primer equipo en el mundo que confirma tener más valor por su mercado, que por su marca. A punto de ser vendidos en 6 mil millones de dólares, los viejos Redskins pueden convertirse en la franquicia deportiva más valiosa de la historia. Cuando todo mundo pensaba que al perder la identidad, la tradición, los colores, el escudo y por lo tanto la marca, este equipo lo había perdido todo, llegó el mercado y puso las cosas en su lugar: la NFL vale mucho más.
Cheque. Pablo Martín Páez Gavira recibirá una oferta en los próximos días que puede volverlo uno de los futbolistas mejor pagados en la historia de la Premier League. Pablo, al que solo sus padres le llaman por su nombre, pero que millones de personas en el mundo le conocen como Gavi, se hizo de un nombre a partir de su segundo apellido, su estilo de juego, su liderazgo, su posición en el campo y sus 18 años de edad. El Chelsea, dispuesto a ponerle un cheque en blanco, pretende convertir su adolescencia en un botín: al pequeño Gavi le van a llover ofertas en los próximos años, pero ninguna tan grande como esta que lo puede ahogar.
Entrada. Escuchar aquella legendaria frase: “estamos arribando a la fatídica séptima entrada”, en la voz del Mago Septién, advertía a los pacientes televidentes de los antiguos canales 4 o 9, dependiendo la hora y el día, que el momento clave del partido estaba por arrancar. El cansancio del lanzador, un relevo inoportuno o una mala decisión a esas alturas del juego, podía cambiarlo todo. Es impostergable, el Juego de Pelota terminará jugándose a siete entradas y aquella frase, también morirá.