De todas las celebraciones habidas y por haber existe un día en el calendario dedicado a celebrar el chiste, y sucede cada 1 de julio. Esta ocurrencia -no podría ser llamada de otra forma-, surgió en los Estados Unidos con el propósito de valorar el sentido del humor para mantener la alegría. Y es que los buenos chistes provocan eso precisamente: una agradable sensación de bienestar.
Los médicos aconsejan miles de estrategias para mejorar la salud, dieta y ejercicio son las principales, pero casi nadie aconseja a la gente reír. Y reír libera el estrés, mejora la respiración, previene los infartos, reduce la presión arterial. Además de que fortaleza el sistema inmunológico, produce endorfinas -neurotransmisores encargados de estimular circuitos cerebrales relacionados las sensaciones de placer-, y ayuda a combatir el insomnio, entre otros beneficios.
Si bien el origen de los chistes se les atribuye a los seres mitológicos griegos Rudamantis -hijo de Zeus y Europa-, y Palamedes, la verdad es que la burla, la exaltación de los defectos físicos, la torpeza, los errores y la carencia de inteligencia, son algunos nutrientes que provocan hilaridad, y por lo mismo han estado presentes desde tiempos muy remotos.
El chiste parte de una anécdota, aseguran los comediantes, y para que provoque la risa debe ser narrado y actuado, tomando en consideración importantes elementos como el lenguaje apropiado, los detalles a destacar, el contexto social, la forma precisa de finalizarlo y el tiempo para narrarse. Un buen chiste no debe ser demasiado corto ni demasiado largo.
En tiempos de pandemia Tik Tok ha sido una de las aplicaciones más frecuentada para ver chistes. Asimismo, el género de la comedia en el cine sigue siendo uno de los preferidos en las plataformas streaming, lo mismo el consumo de Blu Ray y DVD, así como los programas de televisión. Porque reír también es un buen negocio. Aunque en la competencia entre comediantes y cuenta chistes es casi parejo, un buen porcentaje se inclina por estos últimos porque el efecto de la risa es instantáneo.
Algunos chistes se mantienen por poco tiempo, otros en cambio continúan vigentes y seguirán pasando de generación en generación. Sin importar los temas, lo que se busca es generar alegría, no malestar o enojo. Se necesita ser muy inteligente para no herir susceptibilidades, o para provocar el enojo de algún personaje, o determinado grupo social. Es lo que se llama un chiste de mal gusto.
Los que viven del arte de hacer reír señalan que existen millones de temas para crear un buen chiste, y que debe hacerse a un lado todo aquello que pueda lastimar, porque el público paga porque lo diviertan, no porque se convierta en la diversión de quien está en un escenario. ¡Cuántos comediantes no han sufrido descalabros, o el final de su carrera por un mal chiste!
Si en Grecia existe un club dedicado al chiste, en México no necesitamos tener uno, porque casi todos podemos presumir que en cada reunión, en cada fiesta, hay un familiar o una amistad que cuenta buenos chistes. Por eso es buena señal, que con todo lo que hemos padecido haya un día dedicado a esa idea disparatada que es el chiste. Pues como bien dicen, reír es lo último que nos queda.
