La ministra presidenta de la Suprema Corte de Justicia de la Nación, Norma Lucía Piña Hernández, estudió en la Benemérita Escuela Nacional de Maestros y en la UNAM, dos instituciones hacia la cuales el cartujo profesa gratitud y respeto. El lema de la Normal: Lux, pax, vis, significa “Luz en el alma, paz en el corazón y fuerza en la voluntad”, eso precisamente deberá guiar el camino de la ministra, quien por actuar conforme a sus convicciones y no por conveniencia, despierta suspicacias en Palacio Nacional.
Ella, dijo López Obrador en una de sus conferencias, “siempre ha votado en contra de las iniciativas que nosotros hemos defendido”. En una entrevista con Elena Reina, publicada en noviembre de 2022 en El País, al hablar de sus votos en la Corte, la ministra explicó: “Siempre he sido congruente con mis decisiones, eso no implica que esté peleada con el Ejecutivo ni mucho menos. Es que opino según lo que la Constitución nos marca, pero sin un afán de conflicto”.
En un año de importantes resoluciones en la SCJN, la ministra presidenta estará en la mira de quienes, desdeñosos de la ley pero diestros en artimañas, están dispuestos a todo con tal de defender sus proyectos. Fracasaron en el intento de imponer a una presunta tramposa al frente de la Corte y el responsable de ese fracaso es el escritor Guillermo Sheridan por haber denunciado, con pruebas, el plagio de la tesis de licenciatura de la candidata del régimen. No se lo perdonan, por eso buscan hasta por debajo de las piedras cómo desprestigiarlo. “El que acusa de plagio o los que acusan de plagio están metidos en la corrupción o avalaron la corrupción o viven de la corrupción”, ha dicho AMLO, sin poder desenredar la madejade la incongruencia.
El monje no conoce personalmente a Sheridan, pero comenzó a leerlo en el suplemento sábado del original unomásuno y desde entonces no ha dejado de frecuentar sus libros y textos periodísticos, ejemplos perfectos de erudición, ironía y humor, algo vedado para quienes incluso en Wikipedia ha colado infundios en su contra. Pero, al parecer, en el desgarriate de la 4T todo se vale.
Queridos cinco lectores, El Santo Oficio los colma de bendiciones. El Señor esté con ustedes. Amén.
José Luis Martínez S
