Megan Huntsman siempre lucía delgada, de acuerdo con una vecina de la ciudad Pleasant Grove, en el estado de Utah, EU. Tenía tres hijas, a las que dejó en casa para marcharse cuando su marido entró a prisión por un delito relacionado con drogas.
En 2014, después de purgar una condena de ocho años, Darren West regresó a su casa de Pleasant Grove. Mientras aseaba el garaje, buscando recuperar algunas de sus pertenencias, encontró unas cajas. Al abrir una de ellas halló los restos de un recién nacido.
Cuando la policía revisó el estacionamiento descubrió más cajas y más restos: siete en total. Hijos del matrimonio que Megan, de acuerdo con lo declaró una vez que fue detenida, los estranguló "dos minutos después" de haber nacido. Solo una de las criaturas nació muerta.
Entre 1996 y 2006, Megan estranguló o asfixió a seis de sus recién nacidos. Los envolvió en toallas, los metió en bolsas de plástico y los apiló en el garaje.
A todos, incluyendo al marido, ocultó sus embarazos. La gente que la conocía jamás sospechó del estado de la mujer. Un vecino dijo que notaba ciertas "fluctuaciones en el peso" de la mujer, pero nada que sugiriera un embarazo.
Megan Huntsman fue condenada a 20 años de prisión, aunque los fiscales consideran que existen pocas posibilidades de que algún día quede en libertad.
Casi un año y medio después, hace unos días, en lo que parece ser una copia al carbón de los hechos en Utah, la policía de la ciudad alemana Wallenfels, en Bavaria, acudió al domicilio de una familia tras recibir un reporte de que en el lugar había algunos restos de niños.
La familia, integrada por un matrimonio, sus dos hijos y una de las suegras, ignoraba el porqué de la presencia de las autoridades en su hogar. De la intriga, los habitantes de la casa pasaron al horror cuando los uniformados trabajaron toda la noche en una habitación de la casa hasta encontrar los cadáveres de siete recién nacidos. Más adelante, las autoridades recobraron un cuerpo más.
Al igual que en Utah, los restos de los bebés estaban envueltos en toallas y en bolsas de plástico. Los peritos aún no determinan cómo murieron los infantes y señalan que los exámenes tardarán varias semanas.
Al deslindar de cualquier falta a la familia que habitaba la casa, los agentes iniciaron la búsqueda de los inquilinos anteriores, quienes fueron arrestados el pasado 14 de noviembre.
La mujer que compartió sus sospechas con la policía y que derivó en la investigación del inmueble de Wallenfels, señaló que hace como dos meses escuchó una discusión entre el matrimonio que ocupó la casa hasta septiembre pasado.
Explicó que la mujer, que para entonces ya estaba ebria, le dijo a su cónyuge que tenía algunos cuerpos de bebé escondidos en el domicilio.
La sospechosa, de 45 años, continúa bajo investigación, mientras que el marido fue puesto en libertad luego de que las autoridades verificaron que el individuo ignoraba las acciones de su esposa.
La policía se ha reservado el nombre de la presunta asesina, aunque informó que el matrimonio bajo investigación ocupó por 18 años la casa donde fueron hallados los infantes.
De acuerdo con las autoridades, la mujer tuvo varios hijos producto de sus relaciones extramaritales. El marido, que tiene tres hijos con la detenida, declaró que nunca se dio cuenta de los embarazos de su pareja. Menos sabía de lo qué ésta había hecho con los recién nacidos.
La sospechosa trabajaba en un puesto de periódicos y cada verano se empleaba como salvavidas de alberca en lugares de recreo de la ciudad. La gente que la conoció se refiere a ella como "una persona agradable que era muy cuidadosa con sus hijos".
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