Un café puede mejorar la vida de un barrio, o la de varios. Siempre y cuando se adapte a la vida barrial, sea un lugar que congregue a vecinos y visitantes, y sea benéfico, amable y respetuoso para con todos. El café-restaurante Enora, abierto recientemente en el Camellón Aurelio Ortega, en la confluencia de las colonias Seattle, Maestros, Tepeyac y El Capullo, cumple con todos estos atributos, además de servir excelente comida y bebidas. Es un sitio autentico, de calidad y sin pretensiones, atendido por un grupo de jóvenes amables y comprometidos con su trabajo.
Su arquitectura sencilla es de primera, lo que demuestra, una vez más, que no se necesitan despilfarros ni exhibicionismos para lograr un ambiente adecuado y atractivo, al contrario, siempre será mejor lo que perdure. Cada establecimiento tiene que estar acorde con sus circunstancias, puede haber sitios más económicos omás costosos; cada usuario elegirá el que le convenga. El punto es que con los recursos que se tengan disponibles se puede conseguir calidad, una simple ramada en la playa puede ser un magnifico restaurante de mar. El tema es cómo logarlo, con trabajo, amabilidad ydedicación.
Aunque sea difícil de dirimir, los vecinos deberíamos tener el derecho de rechazar a los establecimientos, que, por el contrario, atenten contra la vida de colonias y barrios, y sean molestos, ruidosos o agresivos. No es lo mismo un café tranquilo, con música de fondo, que un sitio estruendoso, con música a volumen fuera de norma que no deje descansar a los vecinos, y cuyos comensales no se comportan con civilidad. Los permisos para cafés o bares deberían otorgarsemás por proyectos específicos,que por “giros”.
Asiduo parroquiano desde su apertura, soy uno de los principales beneficiarios de Enora. Además de tomar café o trabajar, saludo amigos y tuve una reunión sin planear con algunos vecinos en la que tocamos temas primordiales para el futuro de nuestros cuatro barrios. Creo que en eso consisten las aportaciones que espacios de este tipo pueden hacer para mejorar la vida de todos. Pienso que con Enora estos barrios mejoraron. Esperemos que se vuelva ejemplo para otros locales por toda la ciudad.
José Javier Gómez Álvarez
