Un dato desapercibido, o que la comentocracia no quiso o no quiere percibir, salta de la reciente encuesta de Enkoll-El País acerca del primer año de gobierno de la presidenta Claudia Sheinbaum Pardo: la superior posición y buena acogida que mantienen el líder de Movimiento Ciudadano, Jorge Álvarez Máynez, y el gobernador de Nuevo León, Samuel Alejandro García Sepúlveda, quienes superan en porcentaje de opinión “muy buena/buena” al presidente de la Suprema Corte de Justicia, Hugo Aguilar, al combativo senador Gerardo Fernández Noroña y a la morenista ministra del pueblo, Lenia Batres.
La encuesta evidencia que un segmento de la oposición, el de la vieja política, está acabado. Los negativos del presidente vitalicio del PRI, el porro Alejandro Alito Moreno, alcanzan el abismal 67 por ciento; el líder del PAN y del Cártel Inmobiliario, Jorge Romero Herrera, tiene negativos consolidados en el 44 por ciento; la presidenta del Senado, la otrora vociferante Kenia López Rabadán, negativos del 52 por ciento; Ricardo Anaya, delincuente con fuero, 47 por ciento; Lilly Téllez, una Malinche sin capacidad lingüística, 52 por ciento de negativos; el evasor y autopresidenciable, Ricardo Salinas Pliego, el 48 por ciento. Los números demuestran que la vieja política y el antiguo régimen están prácticamente derrotados.
Enkoll-El País destacan: “La Presidenta goza de apoyos en todos los sectores de escolaridad, aunque sus simpatías son más robustas entre los mexicanos que solo cursaron la educación básica. La encuesta revela que Sheinbaum cuenta con apoyo entre quienes incluso se identifican como votantes de la oposición. El 73 por cuento de los panistas, el 70 por ciento de los simpatizantes de Movimiento Ciudadano y el 72 por ciento de los priistas, una fuerza que ha caído a la cuarta posición nacional, validan el primer año de gestión. Los apartidistas son los más críticos, pues el 34 por ciento desaprueba. Sin embargo, el 66 por ciento considera que la situación de México está mejorando”.
La misma poderosa Presidenta que soltó en una Mañanera del Pueblo: “No sé si han visto que dice el PAN que va a poner en pausa su alianza con el PRI. Dicen por ahí también que más bien van a recuperar su alianza del 2018. O sea, ¿cuál fue la alianza del 2018? ¿Quién postuló a Anaya? ¿Y quién más? Que van a recuperar esa alianza, dice. Va a ser MCPAN”. Los estertores del PRI son los estertores de Alejandro Alito Moreno quien, a pesar de sus convulsiones, se resiste a morir. Ese mismo PRI que puede llevar a su tumba política al alcalde de Monterrey, Adrián de la Garza Santos.
¿Hay posibilidades de una alianza entre Movimiento Ciudadano y los panistas en Nuevo León? Sí y no. La dirigencia albiazul en Nuevo León es una subespecie del PRI, cooptados en un matrimonio bien avenido, el PAN realmente existente es una sucursal del PRI. Zeferino Salgado y Carlos de la Fuente son empleados de lujo de Adrián de la Garza y de Francisco Paco Cienfuegos, quienes mangonean el Congreso local a su antojo, conservaron la Fiscalía General del Estado, el Tribunal de Justicia y añoran la gubernatura. A veces fuera y a veces dentro del pernicioso círculo laboral se encuentran Víctor Pérez y Raúl Gracia, quien intenta ser la bisagra para una alianza con MC.
Si el PRI está moribundo, el PAN, decrépito. Movimiento Ciudadano —no fue gratis el comentario de la doctora Sheinbaum— va en ascenso, el PAN sigue de bajada. Sin el PRI o sin MC, el PAN de Nuevo León carece de candidata, de candidato. Difícil enfrentar a la maquinaria de Morena y los insondables designios de Palacio Nacional. ¿Quién derrotaría a Andrés Mijes, Tatiana Clouthier o Judith Díaz? La respuesta no está en el viento, pero casi. En la encuesta de marras, Álvarez Máynez tiene el primer lugar de opinión positiva, Samuel Alejandro, el tercero, abajito de Luisa María Alcalde, dirigente de Morena.
La política hace extraños compañeros de cama. ¡Vámonos! El tren hacia el olvido ya partió, hay boletos que no tienen regreso.
