Hace 39 años llegó a Puerto Vallarta un diario que, hasta ahora, permanece. Se llama “Vallarta Opina” y gracias al registro puntual que ha llevado del acontecer político, económico y social, es posible conocer a detalle la transformación que ha vivido este puerto turístico desde 1978, cuando contaba con menos de sesenta mil habitantes, hasta los momentos actuales, con cerca de 200 mil.
Vallarta pasó a convertirse en unos cuantos lustros en el segundo destino turístico de playa de México, sólo después de Cancún, mediante una transformación que le permitió ser importante captador de divisas y generador de empleos. Sin embargo, este desarrollo también propició, como en otros destinos similares, un crecimiento desordenado y el surgimiento de colonias irregulares y de zonas de pobreza. Todo ello ha quedado plasmado en las páginas de “Vallarta Opina”, con profesionalismo y precisión.
Desde otra perspectiva, la turística y social, Vallarta ha sido un destino buscado por actores, músicos, escritores y políticos, desde la filmación de “La noche de la iguana”, en los años sesenta. Gente famosa acostumbra vacacionar en sus hoteles. Las montañas que sirven de fondo al oriente de la ciudad y los crepúsculos que pintan cada tarde su poniente son atractivos que en pocos sitios se repiten.
“Vallarta Opina” ha sido testigo y ha documentado todo este movimiento demográfico, político, económico y turístico desde que, en 1978, su director Luis Reyes Brambila, contra todos los pronósticos, decidió echar a andar su proyecto, con una prensa plana y un fotolito. Las primeras ediciones del periódico apenas alcanzaban las 16 páginas; pero al paso de los meses fueron aumentando hasta lograr ediciones de 48, 52 y más, según el volumen noticioso del momento.
Ahí, en esos pliegos, hay un archivo invaluable de fotografías, de hechos y noticias que, de otra forma se hubieran perdido.
En estos momentos, cuando se acerca a su aniversario número cuarenta, “Vallarta Opina” ha impreso un par de libros que reúnen cientos de fotografías de lo que fue la ciudad y sus personajes en los momentos en que se convertía en un polo de atracción internacional. Ahí están quienes transformaron a Vallarta en lo que es, con sus éxitos y también con sus errores; las instituciones que lo impulsaron, las aerolíneas nacionales e internacionales que creyeron en este destino, las líneas de cruceros que han anclado en el puerto desde entonces, las propuestas que se han hecho para mejorar la imagen de la localidad, entre muchos otros datos y documentos.
Desde esa trinchera, “Vallarta Opina” se convirtió, a su vez, en un elemento activo de la transformación. Sus críticas, sus puntos de vista, la voz de sus editorialistas, reporteros y columnistas, mostraba a los lectores las posibles rutas de crecimiento, pero también las fallas del sector oficial y del sector privado, cuando era el caso. Una de ellas, por cierto, el desinterés que ha mostrado el gobierno del estado en la promoción de la cultura en esta ciudad, donde, por sus características y la aculturación a la que está sometida, tanto se necesita.
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