Valentía es admitir tus temores y enfrentarlos. Es tener la fortaleza de pedir ayuda y la humildad de aceptarla.
Valentía es defender tus principios sin preocuparte por lo que otros dirán. Es escuchar tu corazón, vivir tu vida y no aceptar sino lo que para ti es lo mejor.
Valentía es dar el primer paso, dar un gran salto o cambiar el camino. Es intentar lo que nadie hizo jamás y todos creen imposible.
Valentía es mantener el espíritu en el desencanto y considerar las derrotas no como el fin, sino como un nuevo inicio. Es creer que por fin las cosas mejorarán, aunque ahora parezcan peores.
Valentía es tomar la responsabilidad de tus acciones y saber admitir tus errores sin culpar a los demás. Es confiar en tu habilidad y tu esmero para triunfar.
Valentía es negarse a desistir, aunque el reto te intimide. Es trazar tu meta, mantenerte fiel a ella y hallar soluciones para vencer los obstáculos.
Valentía es pensar en grande, apuntar muy alto y llegar muy lejos. Es adoptar un sueño y lograrlo. Es arriesgarlo todo y no desistir ante ningún obstáculo para tornarlo en realidad. Autor anónimo.
Amigo lector, ¿acaso se gana una batalla rehuyendo, dando excusas o gritando? La valentía lo enseña a defenderse, a dominar sus miedos y a sobreponerse a la adversidad. Lo impulsa a superarse, a reconocer y afrontar las consecuencias de sus actos y el producto de sus errores, a enfrentarse a sus defectos y a corregirlos.
La valentía es el mejor aliado para conseguir metas y el infalible antídoto para vencer los temores y acometer las más graves dificultades. Posibilita obtener resultados extraordinarios y aunque no asegura el éxito, sí abre las puertas que conducen hacia él.
No se deje intimidar ni se menosprecie. Anteponga el poder del entusiasmo y del dominio propio, al espíritu de cobardía. Privilegie la oportunidad a la seguridad, y recuerde que la diferencia entre lo ordinario y lo extraordinario es un esfuerzo extra.
No tema ni claudique, y cierto que valentía no es ausencia de temor... ¡manos a la obra!, a sembrar y librar buenas batallas, que la importancia del éxito no está lo que se obtiene de él, sino en lo que usted se convierte por su causa. ¿Qué opina?
Jorge Reynoso
