ordené que trajera mi caballo del establo. El criado no me entendió, así que fui yo mismo. Ensillé el caballo y lo monté. A la distancia oí el sonido de una trompeta y pregunté al mozo su significado. Él no sabía, no había escuchado nada.
En el portón me detuvo y me preguntó: “¿Hacia dónde cabalga?” “No sé”, respondí, “solo quiero partir”. “¿Entonces conoce usted la meta?”, preguntó. “Sí”, contesté. “Partir es mi meta”.
Partir es la meta. El futuro es el presente. El sonido de la trompeta ha llegado al oído. La esencia es partir. Dar el primer paso. Abrir el establo. Montar en el caballo. Si nos paramos a preguntar, no saldremos nunca. Y si nunca salimos, nunca llegaremos.
No hacen falta mapas, ni itinerarios, ni brújulas. Hace falta fe para salir y alegría para lanzarse al camino. La meta era salir. Ya hemos salido. Ahora cada paso será otra meta, cada encrucijada será un comienzo, cada principio será un fin. Salir es llegar.
El diálogo insistente retrasa al viajero. ¿A dónde vas? ¿Cuál es la meta? ¿Cuándo llegarás? ¿Cuándo volverás? Quien se para a responder estas preguntas se envuelve en la duda y se paraliza. Por tener que detallar a dónde llegar le resulta imposible partir.
Las garantías matan la aventura. La seguridad ahoga el entusiasmo. La necesidad de la certeza no permite desplegar las alas de la posibilidad. El criado del establo no había oído la trompeta. Frank Kafka.
Amigo lector: solo usted determina quién quiere ser y cómo quiere vivir. Para saber dónde se encuentra y adónde desea llegar, antes de preguntarse los “por qué” indague en su interior, los “para qué”.
Lo que nunca empieza, nunca termina. Parta con decisión, con entusiasmo y sin temor al fracaso o al qué dirán. Solo hágalo ya y hágalo con determinación.
Todo viaje se inicia con el primer paso y se va gestando de un paso a la vez. No importa cuánto tarde, que tan importante es partir como llegar.
Cuando emprenda un objetivo exíjase concluirlo, sin aflojar el paso ni el empeño. Confía en que los recursos y las personas que necesite llegarán.
Concéntrese en la recompensa, consciente que es mejor dar pasos cortos y constantes, que dar pasos largos y abandonar el camino.
Usted, ¿qué opina? _
