Entonces muérete
Bruce Lee hacía que corriéramos tres millas al día en 21 o 22 minutos. Justo debajo de los ocho min. x milla. Cuando Lee corría por su cuenta, él mejoraba su tiempo a seis y medio min. x milla. Una mañana me dijo: Vamos a correr cinco millas. Cuando pasemos las tres millas subiremos la velocidad, y serán dos millas más y lo harás. Yo estuve de acuerdo.
Cuando comenzamos la 4ta. milla, durante tres minutos estuve bien, pero luego comencé a fatigarme. Estoy cansado, mi corazón retumba, no puedo más y le dije: Bruce, si sigo corriendo me va a dar un infarto y moriré. Él contestó: Entonces muérete. Eso me hizo enojar tanto... que terminé corriendo las cinco millas completas.
Después de la ducha hablé con él sobre lo sucedido, y le pregunte: ¿Por qué me dijiste eso? Me respondió: Porque así, estarías mejor muerto.
En verdad, si siempre le pones límites a lo que puedes hacer física o mentalmente a cualquier cosa, esos límites se extenderán al resto de tu vida. Invadirán tu trabajo, tu moral y todo tu ser.
No existen los límites, existen los obstáculos, pero no deben detenerte, siempre debes ir más allá. Si te mata, pues te mata. Una persona siempre debe superar su nivel. Jackie Chan.
La verdad y la mentira
Cuenta la leyenda que un día la verdad y la mentira se cruzaron. Buen día, dijo la mentira. Buen día, contestó la verdad.
Hermoso día, dijo la mentira. Entonces la verdad se asomó para ver si era cierto, y lo era. Hermoso día, dijo entonces la verdad.
Aún más hermoso está el lago, dijo la mentira. Entonces la verdad miró hacia el lago y vio que la mentira decía la verdad y asintió.
Corrió la mentira hacia el agua y le dijo: El agua está aún más hermosa, nademos. La verdad tocó el agua con sus dedos y realmente estaba hermosa y confió en la mentira.
Ambas se sacaron las ropas y nadaron tranquilas. Un rato después salió la mentira, se vistió con las ropas de la verdad y se fue.
La verdad, incapaz de vestirse con las ropas de la mentira comenzó a caminar sin ropas y todos se horrorizaban al verla.
Es así como aún hoy en día la gente prefiere aceptar la mentira disfrazada de verdad y no la verdad al desnudo. Jean-Léon Gerôme.
Amigo lector: usted, ¿qué opina? _