En estos últimos cuatro años la sociedad mexicana se ha dividido como pocas veces en la historia contemporánea; muchos afirman que México por fin tiene el Presidente que durante años habían esperado los mexicanos; la parte antagónica de la sociedad, repudia tal afirmación expresando que es un Presidente demagogo, que lejos de estar con el pueblo, más bien lo utiliza para fines personales.
Las manifestaciones, marchas, congregaciones y muestras de inconformidad en contra del actual gobierno en turno, de inmediato son descalificadas y minimizadas por el Ejecutivo Federal, señalándolas en forma ofensiva y despectiva como marchas fifí, y de striptease, (del inglés, danza erótica o exótica ) escarnio que de inmediato repiten sus fieles admiradores.
Al día siguiente, sino es que el mismo día, las personas seguidoras al Ejecutivo, de inmediato empiezan a subir videos a las redes sociales, la mayoría de ellos denostando y haciendo mofa, de los participantes que no están conformes con la forma de gobernar de AMLO; no obstante que el Presidente en su mañaneras en reiteradas ocasiones comenta que en México se respeta la libertad de expresión.
Pero lejos de respetar la libertad de expresión consagrada en la Constitución, el Ejecutivo es el que propicia el encono al minimizar las marchas o reuniones en el zócalo y todo el país, inclusive, exhibiendo tanto nombres como fotografías de algunos dirigentes ya sean líderes de opinión, políticos, empresarios o periodistas, todo aquel que no está favor de sus ideas y planes de gobierno.
Y por obvias razones, los grupos antagónicos al Presidente, también hacen uso de videos, caricaturas, y comentarios ácidos en contra tanto del Ejecutivo así como de sus fieles seguidores, mínimo llamándolos chairos o sólovinos, como réplica a sus críticas, de lenguas bífidas y de doble filo.
Pero ese tipo de encono fanatizado no sólo se discute en redes sociales, también se ha trasladado estos últimos cinco años al círculo de amistades, inclusive hasta el seno de la familia, provocando distanciamiento entre amigos entrañables de años o hasta lustros y lo que es peor entre familiares.
Si bien es cierto, que ahora estamos mucho más informados que hasta hace pocos años, gracias a las benditas o malditas redes sociales, pues las mismas te encumbran de “enano a gigante y de gigante a enano”.
Los gobernantes en turno son efímeros y en un parpadeo ya son historia, por lo tanto, se debe gobernar para todos los ciudadanos no solo los que votaron por él; la verdadera democracia es respetar no antagonizar, pues el dividir a la sociedad, es como dividir a la familia, porque en una nación como México, todos somos hermanos.
