Sabemos que existen personas visuales, auditivas, olfativas, algunos desarrollan más uno de los sentidos, como el olfato la vista, el oído, el tacto y el gusto, a reserva de incluir otros, por lo pronto, mencionaré los primeros cinco tradicionales.
Por lo tanto, en algunos políticos existen también los visuales, aquellos que visten pulcros sus atuendos y calzado, como es el caso del alcalde de Torreón, Román Alberto Cepeda González, conocido como el “bien boleado” pues su calzado luce radiante, seña inequívoca, de que sólo asiste a eventos rectores, más no populares ¡cómo! ¡Estropearía sus botas vaqueras!
Pero no solo la vestimenta de Román es impecable, sus oficinas fueron remodeladas, mudando la totalidad de los muebles como, escritorio, sillón ejecutivo, sillas, mesas de juntas, cuadros y hasta incluyó espejos, ¡si espejos! faltaba más, todo de primerísima calidad, es decir, de lujo; nada que ver con la sana medianía, menos con la pobreza franciscana… ¡Nuestros impuestos están trabajando!
En otras palabras, el alcalde de Torreón es una persona muy visual, pero solamente en su persona y bienes, le gusta la limpieza extrema; Por lo tanto, debería también incluir su sentido visual a la ciudad que está gobernando y poner en práctica dicho don, para beneficio de la ciudadanía.
Desafortunadamente Román, al transitar por Torreón pasa por alto el estado físico en que se encuentra la ciudad, no obstante que ya transcurrió 10 meses desde que tomó el poder; la mayoría de los parques están abandonados, por ejemplo, la Calzada Colón la tiene sucia y sedienta, misma que recibió igual o mejor que la Avenida Central de Torreón Jardín. (Por cierto, la Colón, es un área de oportunidad para homologar banquetas de boulevard a boulevard)
Los bulevares, avenidas y calles en cada esquina su característica es ver excesiva yerba crecida, cual malezas rural, misma que estanca todo tipo de basura e infecciones; aunado a esa dejadez urbana, la ciudad es casi intransitable por la cantidad de baches.
Cabe comentar, que recientemente Román Cepeda exigía piso parejo, paro no para las calles, más bien para sus aspiraciones políticas. El colmo.
Lo más incongruente de la población, es que damos por hecho, que siempre ha sido así la cultura del mexicano, que no somos visuales, o más bien, ya nos acostumbramos al desaseo urbano en todos aspectos, sin limpieza, sin señalamientos viales, sin buen asfalto.
Desaseo urbano que es obvio, cuando visitamos alguna ciudad fronteriza con Texas, o de otros lugares y al retornar a nuestro país, nos lacera la vista por la dejadez en que se encuentran la gran mayoría de las ciudades mexicanas, pareciera que siempre estuviera la ciudad en obra negra.
Pero sólo la ciudad, porque el alcalde de Torreón, es extremadamente exigente en su despacho municipal, con muebles de oficina, y vehículos de lujo, aunado a servicio de limpieza vip, y no se diga su vestimenta, eso sí, de primera calidad… Son visuales selectivos.
