El exceso en plásticos llámese bolsas, embalajes y demás derivados similares, están ahogando a nuestro planeta. Un gran porcentaje de las inundaciones que se ocasionan en las ciudades, es a causa del taponamiento de la red de drenaje y alcantarillado, donde gran parte de la responsabilidad es del ciudadano que hace caso omiso de los reglamentos municipales y de las autoridades que no prevén con depósitos de basura suficientes y no sancionan con el debido rigor a los infractores.
El uso de dichos plásticos y sus derivados, como la nieve seca, lo tenemos por todos lados donde volteemos, inclusive en alta mar, navegan a la deriva islas flotantes de basura PET, producto de la negligencia humana; hasta en los polos se ha encontrado basura plástica. Pero el daño no solo se causa a la naturaleza, también al tener contacto con los alimentos, el plástico puede liberar componentes químicos, por ejemplo el bisfenol A, entre otros elementos nocivos al ser humano.
Restringir en supermercados, y comercio en general, o sustituirlas por bolsas de papel, y cobrarlas, sería una forma de controlar la pandemia plástica. Por ejemplo, en tiendas como Sams, o City Club, la mercancía la entregan sin bolsas, el que desee una o varias, las tiene que pagar; obviamente la gran mayoría de los clientes salen del establecimiento sin bolsas de plástico, vertiendo los víveres del carrito del supermercado, a la cajuela del vehículo, sin problema alguno, es decir, cuando nos cobran la bolsa por mínimo que sea el precio, rechazamos inmediatamente la compra.
En ciudades como Nueva York, las tiendas de autoservicio, por ley, no se permite los empaques en bolsas de plástico, solo utilizan las de papel, mismas que son auto degradables, provocando un mínimo daño al ecosistema.
Esta medida obligatoria se debería implementar en nuestro país, pues el retrasar unos pocos años dicha prohibición, será catastrófico, por el daño que están provocando a la naturaleza y a la salud.
Pero además de restringir el uso de bolsas, embalajes y botellas de plástico, lo congruente y saludable sería volver al vidrio, (Ahora más ligero y resistente que antaño) mismo que garantiza una mejor salud, si bien es más oneroso, -No mucho- la certidumbre de una mejor salud a mediano o largo plazo lo vale.
jorge.alonsoguerram@gmail.com