Política

Los neo-fantasmas de Canterville

  • Los sonámbulos
  • Los neo-fantasmas de Canterville
  • Jesús Delgado

Desde que el ciberespacio capturó el tiempo de las personas para convertirlas en cibersonámbulas (cumpliéndose así parte del canon neoliberal y estalinista de extender los horarios de actividad aparentemente productiva), los fantasmas han topado con dificultades para actuar amparados por las sombras de la noche, según diversas leyendas. Alterados sus horarios, ya no ocupan tanto el tercer turno para arrastrar cadenas ni gritar. Peor: ya no aterrorizan a nadie.

En caso de riesgo o amenazas solía decirse que "quien no quiera ver fantasmas, que no salga de noche", pero en un país donde es más frecuente y fácil extender actas de defunción que de matrimonio, nacimiento o sentencias judiciales, los espectros son más materia de estadística y chacoteo que de espanto.

En política sucede igual y es tal la hilaridad de la "acción justiciera" que hasta los propios fantasmas se muestran sonrientes al mediodía, sumándose a la chunga generalizada con mueca que anuncia impunidad (al menos los espectros chocarreros de Óscar Wilde hacían el intento por atemorizar a sus víctimas, aunque al final eran dignos de la compasión).

"Satán cayó por la fuerza de la gravedad", aseguró un versado Chesterton, aunque Milton aclaró que "diablo con diablo condenado mantiene firme concordia". No obstante, más entusiastas que apegados a la realidad, comentaristas anuncian el inicio del fin de la impunidad de los gobernadores con la captura del ex mandatario de Veracruz, Javier Duarte (ajá).

Tirando piedras al propio tejado, se olvida la historia de impunidad, vieja y reciente, con los Moreira, los Montiel, los Medina, los Duarte, los Borge y una espesa fila de corruptos de todos los colores que ahí están, como comediantes de humor negro, gritando que se van a combatir a sí mismos.

La citada aprehensión ha permitido que la clase política se revuelque en su excremento, buscando al mismo tiempo que alguien se compadezca y crea que no forma parte de un sistema sostenido enteramente por la avaricia y la corrupción.

Como referencia, sospechosamente a Javier Duarte no lo deportaron el día de su captura, como sucedió con otros capos en suelo guatemalteco, específicamente el narcotraficante Joaquín Guzmán Loera, El Chapo, quien, igual que el ex gobernador veracruzano, ingresó ilegalmente a esa nación.

Esto es un aviso, amén de que el torneo excrementicio-electoral va a seguir salpicando a mucha gente, con miras a intentar salvar algún espacio de Poder, como el Estado de México. ¿Va a funcionar?

Cierto es que, como se dice en los pueblos, en esos casos la impunidad no es el peor de los males sino manipular a los animales (más si están hambrientos e inseguros).

Estos animales políticos sí son fantasmas peligrosos: pueden condenar a millones a padecer espectros impunemente sonrientes, conocedores éstos, por tradición y ADN familiar, de los espacios para el saqueo.

Google news logo
Síguenos en
Queda prohibida la reproducción total o parcial del contenido de esta página, mismo que es propiedad de MILENIO DIARIO, S.A. DE C.V.; su reproducción no autorizada constituye una infracción y un delito de conformidad con las leyes aplicables.
Queda prohibida la reproducción total o parcial del contenido de esta página, mismo que es propiedad de MILENIO DIARIO, S.A. DE C.V.; su reproducción no autorizada constituye una infracción y un delito de conformidad con las leyes aplicables.