Cuándo no eres un animalito del bosque y tienes alguito de educación, no vas a las casas ajenas a malhablar de quienes viven ahí y de su decoración. Y menos cuando quieres ganarte los votos de quienes ahí viven. Por eso llama la atención que Xóchitl Gálvez se haya atrevido a decir que Tijuana estaba medio pinche comparada con Cancún es muy poquita cosa. Por supuesto, la reacción de los tijuanenses y de los bajacalifornianos en general, fue de enojo echándole en cara a la candidata no solo la falta de sensibilidad sino de su profunda ignorancia.
Curiosamente, cuando estuvo en Estados Unidos y a España no hizo esa clase de comentarios. No fue y dijo Madrid está más o menos comparada con París, ni tampoco que Washington es furris al lado de Nueva York. Ahí si le gano la prudencia.
Ah pero eso sí, fue a Tabasco a alegar que no le gustaba el pejelagarto que es como si hubiera ido a Oaxaca a vomitar sobre unas tlayudas o ir a Yucatán a hacerle gestos a la cochinita pibil. En su afán de ser como Vicente Fox, termina siendo como el ChikiliQuadri que alegaba México estaría mejor sin Oaxaca, Tabasco y Chiapas que nomás estorbaban. Igual que Huero Jorge G. Castañeda, este ex comunista devenido en clasista, racista y ultraderechoso, que se refirió a Putla como una ciudad “horrorosa”.
Con razón el pobrecito de Claudio XXX González debe estar arrancándose hasta los pelos de la nariz. Con todo lo que ha invertido en una abierta guerra sucia que cuesta millones de dólares a la semana contra AMLO y Claudia Sheinbaum, para que su candidata lo eche todo a perder haciendo osos a cada paso que da. Osos como el que también ejecutó cuando presentó el Xochibus color chicle brincando cual Teletubi, que resultó una mala copia del Noroñabus y sin libros.
Está como el señor Taboada, menor conocido como el señor Tajada, que en el debate trataba de exponerse como un estadista con un rollo cuajado de lugares comunes de la derecha panista-voxista-medievalista, de manual de autoayuda. Y luego, sintiéndose el muy muy de la empatía buena ondita del conservadurismo neoliberal, llamó a los pueblos originarios, pueblos originales, tan originales como los países noruegos.
Ese Santi Taboada del Cartel Inmobiliario, ese club de Tobi, que por alguna extraña razón se dejó poseer por el espíritu del aburrido y gritoncito Ricardo Anaya. Por eso Clara Brugada le espetó que si no conocía México, menos su alcaldía.
Mira que ir a hablar pestes de Tijuana en Tijuana, chale.
