Como vio que hasta Xóchitl Gálvez podía llenar la Arena México, Sandra Baticuevas se armó ahí mesmo la presentación de la organización política que la llevaría a ser presichenta en el 2030. La verdad una cosa muy fina y elegante como de show de Siempre en domingo y Odisea burbujas, comparado con lo que yo pensaba que iba a ser, es decir un show de Monsters Trucks.
Y sin tanto telemprompter que le arrebate protagonismo a la Organización de la Familia por la seguridad en México, que será la plataforma de una campaña que se adivina morigerada, austera y nada escandalosa donde ella, que está enamorada de ella misma, será, aunque usted no lo crea, la protagonista. Y todo al ritmo de “Eye of the tiger”, en vez de recurrir al facilismo musical de la Sonora Dinamita que presentó la Gálvez. Si Lady X no hubiera peluseado a la Baticuevas, mi Sandra la estaría enseñando a andar en Razer para mantenerse en tendencia en Twitter, sin tener que decir nada profundo, ni tener que defender a García Luna Productions.
Para mala suerte de mi Sandy, hay gente con malos sentimientos que con el sospechosismo a cuestas se preguntan con malicia quién pagó todo ese espectáculo entre Dantesco y de Paquita la del Barrio; que si se habían derrochado recursos públicos de la alcaldía Cuauhtémoc para su realización. Preguntas mal sanas, seguramente todo lo pagó como hizo con sus ochenta maestrías y doctorancias, vendiendo dulces y gelatinas. Me dicen que los de la Triple A quieren que Sandra los asesore para cuando organicen unas luchitas de relevos australianos con luces, estroboscopios y música de pegue.
Le tienen envidia a doña Sandra porque ella sí habla de corrido, casi ni es delirante ni Narcisa ni vive en mundos guarros como otros. Enfundada en un palazzo blanco, consiguió generar casi tanto terror como Kinky Téllez por su vocación un poquito autoritaria, mostró que ideológicamente está muy cerca de Pedro Ferriz y de Los Paleros de Alazraki, y además logró generar tanta confianza como Markitititito Cortés y Alitititito Moreno jugando a repartirse notarías.
Tengo la certeza de que el numerazo de la señora Cuevas estuvo avalado por Brozo, el Trujillo derechoso, comprometido en cuerpo y alma en la lucha contra las dictaduras que no existen. Digo, si existiera un verdadero dictador en México, de las dimensiones autoritarias que el Rivapayaso describe en sus delirios, me temo que Trujillo estaría exiliado en Haití, animando al panismo de Puerto Príncipe.
