Otros de los grandes milagros de la Cuatroté es haber logrado que un sindicato como el del poder Judicial que se la ha pasado al amparo del charrismo sindical, al que no se le recuerda en las grandes luchas combativas (a los electricista no los pelaron), de pronto salga a las calles a luchar para darle justicia a sus jefazos, los más encumbrados en el escalafón judicial, o como ellos mismos se autodenominan “personas públicas superiores”. ¡Papantla tus hijos volan!”
Qué logro que trabajadores judiciales que históricamente no han estado cerca de las luchas magisteriales, ni remotamente solidarias con las manifestaciones estudiantiles, que nunca cuestionaron al presidente prianista en turno, y nunca han tenido un conflicto con la patronal, ahora se les vea organizando movilizaciones para defender los privilegios -que no los derechos- de los niños mimados de la vida nacional, jueces, ministros y magistrados.
Personajes muy pipirisnais con toga y birrete que, estoy seguro, en reciprocidad van a compartir tanta canonjía, tanta prebenda con los que están dando la batalla por ellos, pues valientemente los Piñaboys no se apersonaron en las trincheras, ¡qué raro!
La veldá veldá, sí me imagino a la ministra Piña, metiendo la mano a los fideicomisos multimillonarios para compartirlos generosamente con sus empleados. Ya veo a Luis María Aguilar (al que confundí con Brozo, el Trujillo tenebroso, pero sin peluca, cuando defendía llorando sus fideicomisos) dándole aventones en sus camionetones al personal Judicial hasta sus casas, descubriendo azorado que hay vida más allá de la Fuente de petróleos. No dudo que Pérez Dayán, dejando que los trabajadores disfruten de los guaruras en los que la Corte invierte 300 melones.
Otros de los grandes milagros del profeta López Obrador, es que los protagonistas de la prensa corporativa nada conservas en almíbar, hayan dejado la bonita costumbre de atacar a los movimientos sociales por insurrectos, nacos y exóticos, para exaltar el lucha lucha lucha, no dejes de luchar, del sindicato judicial. Lo qué antes les parecía repugnante a los sarmientos, krauzes y dressers, y calderones, ahora lo ven como un ejercicio justiciero porque están del lado correcto de la Tremenda Corte, ahí donde los fideicomisos tienen su nido.
Por eso casi ni se ve cursi ni ridi el #TodosSomosPJF.
Qué mala onda que debido al paro del poder judicial, no se amparará a tanto canalla, ni a tanto evasor de impuestos. Chale.