Desde que Wendy Guevara salió triunfante, no hay diversión en la tele ni en los casos de la doctora Polo, que es como la dotora Dresser, pero sin atavismos medievales. Por eso caí en el Canal del Congreso, donde hay emoción fuerte y un espectáculo burlesque primitivo, pero cotorro. Puedes ver a Xóchitl Gálvez convertirse en botarga, hace perros osos, a ratos es candidata, luego troca en senadora y para el regocijo del público conocedor, se queda atrapada en el elevador y no llegó a votar para salvar los fideicomisos de la tremenda Corte que, según la del huipil, casi casi son como pandas en vías de extinción. También tuvo su encanto ver a Olguita Sánchez Cordero, ex ministra y senadora morenista, demostrando fuerza y enjundia, de esas que no mostró en Gobernación, para solidarizarse con sus austeros amiguis del Poder Judicial.
Eso sí, no sabría decidir quién dio el mejor show, si Malú Micher (encargada de convertir a Ebrard en caricatura) encabezando el culebrón marchelista, o Kinky Téllez, que ha vuelto por su fueros después de que Claudio XXX le peluseó su candidatura, encarnado a la niña del aro. Lo de Malú fue de un histrionismo a lo Laura Zapata, manoteando y haciendo caras para irse de Morena muy ridi e indignada. Una espectáculo que casi ni se veía arreglado, para llevarse al ebrardismo sin atributos al infiernito de Dante Delgado, que está recibiendo cascajo.
La Téllez, muy calderonícola, se puso en plan zombi a gritar “¡Ayyyyy mi Fonden, ayyyyyy mi Fonden!”, de una manera jalogüinesca. Es que cree que el Fonden -que ya no es Fonden porque de ahí se despachaban con la cuchara grande gobernators, funcionarios, proveedores y presidentes para practicar la rapiña- lo debería de administrar ella, que se tardó años en entregar la ambulancia toda cucha que había prometido. Con razón se negó, igual que la Rabadán, a donar parte de su dieta para las víctimas de Acapulco, no se vayan a quedar pobres. Es más fácil que Luis Miguel mande unas latas de atún.
Está como Vicente Vox, que critica a la Cuatroté por ser una copia del PRI, cuando apoyó al lic. Peña y ahora promueve a la candidata del PRIANChu, o sea. Igual que Carlillos Loret que, chillando, dice que AMLO no ha hecho nada en Acapulco, cuando todos los apoyos institucionales se han desplegado y el Presidente recorre a pie el lugar del desastre.
Al estilo Anabel Hernández, al rato dirá Loretito que AMLO estaba coludido con el huracán Otis, que trabaja para el Cártel del Golfo.