Como Margarita Zavala ha demostrado siempre su humanismo, sobre todo cuando defendió con más ahínco, fervor y valentía a sus fotocopias que a las víctimas de la narcoguerra calderónica, sí le creo cuando después de chorromil tuits -escritos en algo muy remotamente parecido al español- afirma que ella es buena, santa y pura, en su denodado esfuerzo por desmentir al ministro presidente de la Tremenda corte. Él afirmó que durante el sexenio de Felipe Calderón hubo una operación de estado para proteger a la familia Zavala de los señalamientos por la tragedia de los niños de la Guardería ABC.
No importa lo que digan los padres de los niños, que siempre se han sentido engañados por la parejita Zavala-Calderón y que los señalan como unos viles timadores que cuando supuestamente los apoyaron fue solo para dar show, Margarita tiene ganado un lugar en nuestro corazón por haber superado con sus acciones la frase del gober precioso de aquel momento en Sonora, Eduardo Bours, que ante aquellos hechos terribles de la Guardería ABC, declaró que dormía “Como un bebé”.
¿Saben en qué momento se supo que Margarita estaba comprometida con la causa de la Guardería ABC? Cuando ante el chiste ojete y miserable del payazuelo Platanito ante la tragedia, la señora Zavala ni lo criticó ni lo condenó, ni nada de nada. Un chiste que sigue pesando sobre el supuesto comediante por haberse ensañado de manera pre chumelesca (pobre Chumel, por clasista, misógino y fakeminista será demandado por la senadora Bertha Caraveo) sobre las víctimas, en vez de irse en contra Molinar Horcasitas, Margarita, Jelipe, o Bours. Personajes que fueron exonerados por aquella Corte calderónica que, a excepción de Olga Sánchez Cordero y el propio Zaldívar, los protegieron.
Digo, si le creo a Margarita también le creo a Fernando Gómezpunk (en Twitter se dice “ex secretario de Gobernación” como si hubiera hecho algo que se le agradezca) cuando afirma que nunca presionó a ningún ministro, a pesar de que se la pasaba en la Tremenda corte haciendo circo, maroma y teatro como tanto le gusta. Ahí están sus escandalazos y de que se sentía muy muy y nunca sospechó de García Luna Productions.
Obviando que el ministro Zaldívar lleva años señalando los abusos y costumbres del calderonato sobre la Guardería ABC, aparece Ricardo Monreal y a lillytellazo limpio sale a defender a Margarita. Ya, que lo declaren kukluxpanista honorario, se lo ha ganado.
Jairo Calixto Albarrán