Murió la gran escritora Almudena Grandes, autora de una obra deslumbrante. De Las edades de Lulú que va más allá de los límites de erotismo, a sus últimas novelas donde exploró a detalle los dolorosos procesos de la Guerra civil española, develando las entrañas de la mentalidad conservadora, franquista y ultraderechosa. Ella, a través de sus libros y columnas, fue el azote de esos grupos conservadores, victimizantes y retardatarios de Vox y del Partido Popular. Con rigor e información y una pluma privilegiada, doña Almudena deconstruía en El País el pensamiento de la avanzada falangista-fascistoide en la madre patria.
Será por eso que en un ejercicio de mezquindad ante la muerte de Almudena, la miserable entraña de Vox emitió un tuit que compite en su naturaleza vomitiva con aquel en el que planteaban que la Conquista no fue una matazón inaudita, un genocidio vulgar, sino un ejemplo civilizado y cordial donde Hernán Cortés era hasta feminista: “Con odio has vivido y con odio has fallecido”. Todo a partir de una reflexión de la escritora: “ Desde el franquismo irredento, hasta los skins racistas, hacía décadas que no asistíamos a un desfile espeluznaste del fascismo español”.
Algo que se puede aplicar a los del FRENAAA, Ku Klux PAN y al PRIANChu en todas sus vertientes.
Incluyendo a ese club de enanos del tapanco, el Frente Cívico Nacional (diferentes siglas pero las misas ideas premodernas de costumbre) donde están Álvarez y Guasa, Beatriz Pagés y Lupe Chaparrito Acosta del Naranjo, entre otros insignes alérgicos a la Cuarta transformeichon, que tienen más grupos anti AMLO que miembros realmente existentes, y que juntos son cuando mucho la mitad de los aficionados al Necaxa.
Como quiera que sea, lo suyo del voxismo es la lógica del cuartelazo, del verdadero golpe de Estado, no los delirios folclóricos anticomunistas de la dotora Dresser, Pedro Ferriz y Lilly Téllez. Acá pasó con el fallecimiento del gran monero, Toño Helguera, donde vimos a muchos panistas-prianchuchistas-tresequisgonzalistas alegrarse ante la tragedia.
Un acto de chacales que no solo no borrarán los textos de Almudena sino que encenderán sus palabras y conceptos sobre ese conservadurismo barbárico y medieval que tiene, además del objetivo de regresar a la humanidad al siglo XVI, hacer de la iniciativa privada un dios único que convierta a todos en Jelipillo Calderón, ese vendedor de tiempos compartidos en Iberdrola.
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