En vez de andarse quejando amargamente, el sector opositors tendría que haber tomado la clase de box que impartió el campeón, Julio César Chavez. Sobre todo porque se ha demostrado que estos personajes ni haciendo round de sombra ganan.
Les hubiera convenido a moverse en el cuadrilátero, tener estrategias para evadir los golpes del adversario, aprender a dar ganchos al hígado, upercuts y todo el repertorio del Púas Olivares y de Mantequilla Nápoles para no acabar como punching bags.
Aprender a cabecear, a dominar los movimientos de pies, saber defenderse, una materia que les es absolutamente indescifrables y así.
La opo no da una. Quizás para ganar algo de rating que apoye a los universitarios que rechazan esta
intención malsana de las autoridades de la UNAM de empujar una idea muy a lo Carpizo de confundir las luchas sociales con vandalismo y desobediencia.
Ya lo dijo el gran Mohamed Ali, volar como mariposa y picar como abeja.
Esta clase les hubiera servido mucho, pero prefirieron el aburrido y predecible camino de hacerla de jamón. Esta clase de conocimientos habrían sido muy útiles para enfrentar todo lo que está pasando con su héroe, Donald Trump, que se está desplomando. Y ahí los tienes a los opositores todos groguis tratando de aplaudirle a Donald mientras sus aranceles someten a las economías del mundo a verdaderos infiernos financieros. Pero cuando el agente anaranjado no le dió en la torre a México e incluso reconoce a la presidenta Claudia Sheinbaum (no solo como gran negociadora, sino también por su plan para combatir a las drogas), los derechairos se quedaron como perros en el periférico. Pobrecitos, ahí todos patidifusos sin saber si reír o si llorar. Con un poco de sabiduría boxística los opositores habrían sabido asimilar que su plataforma consentida, Latinus, haya dado a conocer una encuesta donde su odiada presidenta alcanzaba 80% de apoyo. Como que esperaban que Lord montajes Loret hiciera lo mismo que Carmen Derechairistegui: concentrarse en el 20% que no está con ella y exaltar su resistencia, pero los dejó colgados de la brocha.
Tal vez por eso los prianistas se colgaron de la manera más oportunista y poco empática de la tragedia en el concierto Ceremonia, echándolole la culpa a Clara Brugada. Claro, se les olvidó que ese territorio es del panista Mauricio Tabe. Más empatía y menos entropía derechista, cñores.
Sin duda deberían de escuchar a Sylvester Stallone cuando sugiere que tienen que ver más bax.
