Los reaccionarios son reaccionarios porque según ellos reaccionan, sin embargo sus reacciones de los últimos tiempos dan un pasito pa’ delante y veinte para atrás. Ya no se sabe si los derechosos mexicanos imitan a los derechosos venezolanos o los derechosos venezolanos imitan a los mexicanos. Así que mientras allá tienen a María Corina Machado que se la pasa buleando su candidato casi ni se ve de adorno, Edmundo González Urrutia, acá tenemos a Beatriz Pagés que tiene esa actitud como de Cascabel Hernández contando que gracias a su entrenamiento en la Escuela de John Wick, pudo escapar al acecho de 11 sicarios. Con la misma actitud de cuando le colgó a Claudia Sheinbaum adornos nazis, doña Beatriz hizo un llamado al INE a acabar con la sobrerrepresentación, alegando que México oooootraaaaaaaa veeeeeeez, se va a convertir en Venezuela. O sea, ya chole, busquen otros ejemplos, digan que México se puede convertir en algo más gacho, en el PRI de Alitititito Moreno.
Bueno, cómo estará de demodé y polvoriento el argumento que hasta su líder, Claudio XXX González, explicó que no hay condiciones de que México se vuelva Venezuela. O sea, ni las arepas han sustituido al molito de olla. A lo mejor la Pagés, por andar produciendo noticias dudosas como directora de la revista Proceso, digo, ¡Siempre!, ya se le va el patín bien gacho. Cabe decir que el alegato contra la sobrerrepresentación tiene su momento más chumelesco y de humor voluntariamente involuntario con mi Tatankita Córdova y Murayamasamí que, hasta hace poco, defendían el concepto rabiosamente cuando apuntalaba el poder del PRIAN y que ahora, para restarle fuerza a Morena, lo abominan. Se ve que casi ni les tiembla la mano del lado derechairo.
No hay duda, lo que más une a las ultraderechas interplanetarias es la exigencia de que a Maduro se le declare perdedor. Por eso Krauze se pone al nivel de Vicente Vox y la Rabadán, y ya quiere que Netanyahu bombardee a la Cuatroté por no unirse en esa lucha. Como que a los conservas en almíbar les urge que haya golpe de Estado pinochetista. Se les olvida que unas elecciones toman su tiempo (el triunfo de Biden se confirmó varios días después) y que el propio Maduro tramita la apertura del 100% de las urnas para transparentarlo todo y que no haya duda. A ver si a María Corina, poseída por Milei en todo su anticomunismo primitivo, no le pasa lo que a Xóchitl, que cada vez que se abría una urna había más votos para Claudia.
