Tendría 12 años cuando mi mamá me llevó a ver Canoa, la película del hoy tristemente fallecido Felipe Cazals que marcó profundamente a varias generaciones y que se clava en las entrañas cuando miras esa historia que explora la naturaleza salvaje del fanatismo religioso representado por un cura enfermito de su conservadurismo y contagiado del virus de la histeria anticomunista y la locura babeante del macartysmo díazordacista-echeverrista.
Por supuesto, viví temeroso de que los padrecitos salieran de las iglesias encabezando linchamientos contra rojillos, izquierdosos de ideas exóticas y sovietizantes. Algo que no parecía imposible, que esta historia de la vida real llevada magistralmente por Cazals al cine, pudiera convertirse en realidad habida cuenta de los poderosos prelados de la época como Corripio Ahumada, el Juan Sandoval Íñiguez de su tiempo (puro oscurantista), cuando justificaba las represiones estudiantiles en los tiempos de la cólera priista que los panistas ni vieron ni oyeron. Solo el Padrote Maciel puebla más pesadillas que estos ensotanados del terror, protegido por el Osito Bimbo y Norberto Rivera Carrera, otro humanista.
Reaccionarios que siempre reaccionaban y que hoy le darían su bendición a personajes como Brozo El Trujillo Tenebroso, Lilly Ledy Téllez, Javier Lozano (hoy peleado a muerte con su carnal calderonista Juan Ignacio Zavala, para demostrar que no solo no aguanta nada sino que, cuando la perra es brava, hasta a los de la casa muerde), Xóchitl Gálvez con su xóchitlseñal, Claudio XXX González, la Chuchiza pedorrista o Santi Creel que se autodenomina “Enemigo de Morena” (juar juar).
Yo digo que cuando acaben de quitar la estatua de Eugenio Derbez en Kafkapulco, que le fue peor que a la de Fox en Veracruz (es lo malo de tener paranoia al revés y creer que todo el mundo te quiere), pongan una reproducción de la bolsa de 4 mdp que en un roperazo le regaló mi Inesita Gómezpunk a Galilea Montijo.
Tiempos de verdadera re re represión (no como los de esta dictadura Macuspánica) los que retrata Cazals en su filmografía bajo el tremendismo tricolor. Ahí está El Apando, basada en la siempre perturbadora novela de José Revueltas; Las Poquianchis, desmenuzamiento de la naturaleza humana en su versión más tragicómica-espeluznante-ritual, pasada por la mirada de Ibargüengoitia en su novelón, Las Muertas; Los motivos de Luz te sacude el alma.
Al maestro Felipe Cazals con cariño.
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