No hay duda que en el tema de los 43 de Ayotzinapa es importante mantener un constante diálogo con el gobierno que, a pesar de todo, tiene al exprocurador Batiburillo Karam en la cárcel, a altos mandos del ejército también y un avance importante en las investigaciones de este hecho tan terrible. Sin embargo, eso de buscar resultados desde el escándalo, la violencia y la provocación no genera buenas lecturas. Queda mucho por hacer, pero pensar que esto es lo mismo tiempos de mi licenciado Peña donde lo que encontraron fue re re represión y menosprecio, es muy debatible.
Incluso este jaloneo en Palacio Nacional se presta a malas interpretaciones, sobre todo cuando Georgie Boy Castañeda llamó -sin querer queriendo- a una campaña sucia, cochinototota para pegarle a López Obrador y a Claudia. El sospechosismo se desata por la manera en que está siendo usada para un golpeteo mediático y político. Hasta se desataron ciertos periodistas derechosos mostrando su felicidad y apoyando al movimiento, cuando se la han pasado defendiendo la verdad histórica, acusado a los estudiantes de ser los malos de Malolandia. Digo, cuando vemos a personajes como Javier Lozano, alias el Saco de pus, aplaudiendo los ataques a Palacio con la etiqueta que siempre ha abominado, #AyotzinapaNiPerdónNiOlvido, hay algo podrido en Dinamarca.
Y luego si Álvarez y Wasa se hace la vístima, pior. Además de la amenaza de Max Cortázar de denunciar a Epigmenio Ibarra por Ataque político de género contra la señora de los pactos diabólicos porque le dijo esperpento, es de risa loca. Cabe recordar que la propia candidata de la ultraderecha a recurrido a términos groseros y misóginos contra Claudia Sheinbaum, insistiendo en que es títere de López Obrador, que carece de una personalidad política propia. ¿Y tú qué hora traes?
Digo, luego de sus dichos sobre más balazos y ningún abrazo, la señora del mal huipil les habría mandado a los manifestantes esperpénticos granaderos con el garrote desenvainado.
El ambiente está muy enrarecido como para hacer cosas buenas que parezcan malas. Ya ven cómo se le puso la cara de Picasso a Loret cuando el reportero Tim Golden le puso un estate quieto, diciéndole que en realidad no había ningún elemento para acusar a AMLO de estar metido en cosas del narco en su pésimo ejercicio periodístico. Y hasta reconoció que este era el Presidente más fuerte frente al gobierno gringo desde la Revolución.
¡Toma esperpento tu banana!
