Política

El infierno son los otros

Bien dijo el licenciado Peña que a pesar de la incomprensión y los sacrificios aún hay muchas deficiencias en la patria (todo esto por culpa del rigor de las inercias populistas y la demagogia sin ansiolíticos); es clarísimo que “hay países peores que México”. Digo, podríamos estar en Suiza muriéndonos de aburrimiento ante la falta de emociones fuertes, narcotúneles, linchamientos piojísticos, matazones y despellejamientos; o vivir en naciones subdesarrolladas que tienen niveles de impunidad menores a 50 por ciento, donde no hay verdades históricas ni realidades capaces de inspirar bonitos peliculones como Nosotros los pobres y Ustedes los ricos. Incluso me cuentan que hay territorios muy tristes y desolados donde no hay chuchos perredistas ni se ha oído hablar de la maestra Gordillo (que afortunadamente está por salir del tambo para poner en orden a la CNTE y el SNTE, que son más disfuncionales que las cámaras de Mancera) ni divertidas y jugosas ventas de garaje como la de Pemex, en las que, salvo los parientes políticos de Carlitos Salinas, nadie quieren invertir.

De hecho, hay planetas del sistema solar que por su naturaleza vil y calenturienta, como Mercurio, ya quisieran estar como en la colonia Narvarte, Tlatlaya, Ayotzinapa y varios más.

En mi calidad de pecador con capacidades diferentes suelo apaciguar los delirios de mi autoestima a través de las inconsistencias de los demás. Eso me calma y me redime de mis faltas por pensamiento, palabra, obra u omisión. Ver que los demás derrapan en las mismas tentaciones, se tropiezan con más piedras que uno y meten la pata en algún agujero profundo y negro como mi suerte, es un repelente contra las culpas y las neurosis que ya no son lo que eran.

Y es que los neuras de hoy sí están muy bravos. Miren que usar una imagen del góber Duarte (ojos saltados, mueca piratesca, dientes pelaos, papada intimidante) para representarlo como un ser irascible, gandalla, malvado, cuando es muy probable que se haya encontrado con unos tuiteros en la calle o, a lo mejor, más bien a lo peor, es producto del piquete del mosquito portador del chikungunya.

Con razón el góber decía hace poco: “Pórtense bien”. Algo que pudo haber dicho el nada grato de Graco en Morelos, en vez de su autodestape presidencial.

Así, cuando alguien dice: “Mal de muchos, consuelo de tontos” de una manera hasta cierto punto despectiva, es que no ha vivido lo suficiente para apreciar la dicha inicua de confirmar lo que ya decía Sartre: “El infierno son los otros”.

jairo.calixto@milenio.com

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Jairo Calixto Albarrán
  • Jairo Calixto Albarrán
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  • Periodista producto de un extraño experimento cultural-social-educativo marxista, rockero, populachero, libresco y televisionudo / Escribe de lunes a viernes su columna "Política cero"
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