Se pensaba que, después de la debacle en las encuestas, en el war room del sector opositors iban a rectificar un poquito el camino, que en vez de noticias falsas, tergiversadas y manipuladas iban a construir una narrativa basada en hechos reales y no en sus delirios ultraderechosos. Sin embargo, a Max Cortázar y a Claudio XXX lo único que se les ocurrió, seguramente asesorados por el Huero Castañeda, fue recrudecer la estrategia original y poner a su candidata en contra de cualquier cosa que huela a la Cuarta transformeichon e irse en contra del doctor Hugo López-Gatell y los hijos del presidente. Tristemente para la causa de la dama del mal huipil, el dotor ya respondió a sus acusaciones de que él solito había asesinado a cientos de millones de mexicanos durante la pandemia, con datos, información y un ácido sentido del humor mandándola por enésima vez a la lona. Se le dijo, pero no hizo caso.
Algo así le va a pasar con los hijos del presidente cuando las acusaciones de doña Bertha están basadas en los reportajes, harto guangos, de Loret De Mola cuyos ejercicios periodísticos no son ni para párvulos, están peor que los del New Fake Times, pobrecita.
Y por si eso fuera poco, como para ganar el aprecio popular, a la candidata del PRIANChu se le ocurre decir que de ganar, se iría a vivir a Los Pinos en la cabañita del Tío Vicente Vox. Sí, claro, la gente, los artistas, los creadores, los mexicanos que hoy caminan por aquellos espacios antes ultrasecretos y profundamente clasistas, van a aplaudir esa medida. Sobre todo porque lo que hoy es un muy hermoso espacio público, volvería a ser un búnker inexpugnable como el del Calderón y mi licenciado Peña. Además lleno de decenas de militares, porque la señora resucitaría al Estado mayor presidencial para que estén a su servicio y al de su familias, probablemente para ponerlos a hacer gelatinas. O en la construcción de torres chuecas en homenaje al Cártel Inmobiliario del PAN.
Ya lo único que le falta a la señora Gálvez es apoyar a Chemita Aznar, el jefe de Jelipillo Calderas, ahora que urgía a Netanyahu a terminar con su labor genocida en Palestina. Y luego, esta notabilísima defensora de la libertad de expresión, pasaría a acusar a Julian Assange de espía y terrorista.
En cualquier momento veremos a Lady X alegando que López Sanbalín es muy fresa y que habría que meter a moderar el debate con Claudia Sheinbaum a Alazraki, Pedro Ferriz y a la dotora Dresser.