Los estimados del impacto económico por la cancelación del Torneo Clausura 2020 son solo proyecciones a ojo de buen cubero.
Nadie sabe con exactitud la pérdida, ya que ni los propios clubes de forma individual podrían calcular los ingresos de las actividades alrededor de los estadios en nuestro país. Debido a que, en su mayoría, estos negocios forman parte de una economía informal muy afectada y de la cual ya hablamos en ocasión anterior.
Además, no sabemos los acuerdos, cláusulas de salida y recisión que tiene cada club en los contratos con sus jugadores, en su contrato individual de televisión y radio, cada uno de sus patrocinadores, locatarios en estadio, etcétera.
Hay dos aspectos que me preocupan, más que números proyectados a ojo de buen cubero. El primero es el Torneo Apertura 2020; sabemos poco de la planeación y logística hacia el próximo torneo y, aunque la fácil sería decir que haremos un espejo del ejemplo alemán, no estoy seguro si en México existirán las pruebas suficientes en un par de meses.
En nuestro vecino del norte, la MLS y la NBA plantean reanudar competencias en Orlando, como sede común. LaLiga española se reanuda el próximo jueves 11 de junio con el derbi sevillano, mismo fin de semana que la Serie A en Italia; uno de los países más golpeados por la pandemia.
Y no solo es Estados Unidos y Europa, la CFL en Canadá está analizando ya múltiples opciones para disputar la Temporada 2020. Toca a nuestros directivos aplicarse, planear y trabajar unidos en distintos escenarios, ya que si no lo hacen, el Apertura también correrá peligro de no disputarse.
El segundo punto que me preocupa son los jugadores. Sería injusto juzgar a la mayoría que ha guardado sana distancia, por los recientes casos en nuestro país y el asado de los jugadores del Sevilla.
Sin embargo, lo que sí me parece importante es que los jugadores sean conscientes de que ellos hacen girar una industria, de la cual mucha gente comemos. Ellos y sus grandes sueldos viven en una burbuja, pero si algo tiene esta pandemia es enseñarnos que no tenemos súper poderes, hay que aplicarse y todos somos vulnerables.
Si se niegan a jugar con las medidas ya probadas en Alemania, ya que su fortuna se los permite, ¡adelante! y están en todo su derecho.
Solo que no pretendan recibir todo su sueldo sin trabajar y mejor se retiren a disfrutar de su fortuna y del trabajo esencial de quienes sí tienen que ganarse el pan de cada día.