Política

Frases y palabras huecas

Durante las recientes campañas que se llevaron a cabo para elegir gobernadores en Coahuila, Nayarit y Edomex. Escuchamos de los candidatos, todo tipo de promesas, promesas muy lejos de cumplir. La principal razón: la falta de capacidad y de oficio de los candidatos. Tal es el caso del primo nativo de Atracomulco. Él sabe que prometer no empobrece, es del PRI.

Esas promesas vanas expresadas reiteradamente por los candidatos, me inspiraron este texto; frases y palabras huecas sin sentido ni trascendencia. Expresiones que hemos escuchado desde nuestra infancia y se han estacionado en nuestras mentes, no significan nada, simplemente se expresan por convencionalismo.

He aquí cuatro de las más comunes.

1.- Salud. Alguien estornuda, las personas cercanas de inmediato externarán la consabida palabra: salud. Desde su más tierna infancia la han escuchado, pero desconocen el origen de la expresión, aún así, después de oírla cientos de veces, asumen que es de “buena educación” expresarla, no significa nada. Convencionalismo puro.

2.- Gusto en saludarte. Esta frase está mal expresada gramaticalmente; la aprendieron mal y la aplican mal. Correctamente armada debiera ser: me da gusto saludarte. Al despedirse, el complemento de ese saludo podría ser: “gusto en despedirte”, lo cual en muchas ocasiones es más placentero que “saludarte”, pero atentaría contra las reglas del convencionalismo.

3.- Mucho gusto. Se aplica cuando se presentan las personas. Apenas están conociéndose y de dientes pa’fuera manifiestan un “mucho gusto” que están lejos de sentir. Después de un breve diálogo entre los recién presentados, identifican que no tienen nada en común, consecuentemente; el mucho gusto es otro convencionalismo.

4.- Felicidades. La felicidad es un estado de ánimo que supone satisfacción. Ser feliz es estar contento y complacido. La felicidad es subjetiva y relativa. La felicidad es el resultado de una actividad neural fluida, donde los factores internos y externos estimulan el sistema límbico. Luego entonces desear felicidades (¿por qué en plural?) no tiene sentido, la palabra en sí, no contribuye al estado de ánimo del receptor, resulta vana. Un convencionalismo más.

En los cuatro casos, la excepción confirma la regla.

PD. Hubo tongo en las elecciones. En el supuesto que no, no tiene la culpa el indio… Masoquismo puro, ¿o no?

jaimemarinsr@jmarin.com

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Jaime Marín
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Queda prohibida la reproducción total o parcial del contenido de esta página, mismo que es propiedad de MILENIO DIARIO, S.A. DE C.V.; su reproducción no autorizada constituye una infracción y un delito de conformidad con las leyes aplicables.
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