Política

Solo se es niño una vez

La edad adulta en los humanos está cargada de recuerdos, muchos de ellos relacionadas con nuestra niñez, aquella etapa de nuestra vida que un buen día sin darnos cuenta se escapó, no es porque la tuviéramos cautiva, sino porque el destino nos la prestó durante un lapso perentorio. Y bien sabemos que todo lo que comienza termina, la niñez no es la excepción, al  convertirnos en adultos cargaremos con un costal de recuerdos de nuestra infancia que nos acompañará durante el resto de nuestras vidas.

El pasado fin de semana celebramos el Día del Niño. Una vez más escuché frases como: todos alguna vez fuimos niños, el niño que llevamos dentro, sólo se es niño una vez; éstas y muchas otras tienen un ingrediente de alegría, aunque también de nostalgia. Algunos amigos míos contemporáneos me enviaron felicitaciones comentando en son de broma que nunca me abandonará el niño que un día muy lejano fui. Coincido con ellos

La nostalgia es una mezcla de recuerdos, unos tristes, otros alegres. Cuando nuestra mente se sumerge en el pasado evocamos personas, lugares, cosas, aromas, momentos gratos y momentos ingratos de aquellos momentos de la primera etapa de nuestra existencia. Ahí es cuando surge una madeja de vivencias que dan la impresión de que acontecieron apenas ayer. Es como si fuera una película con imágenes de tiempos idos.

La nostalgia es una sensación de añoranza, es una mezcla de sentimientos que quedaron atrapados en distintos  momentos de nuestra vida, muchos de ellos arraigados profundamente en aquella lejana niñez. Sin mayor esfuerzo recordamos un paseo, un juguete, una fiesta o un suceso grato o ingrato que nos dejó huella. Es una mezcla de recuerdos y sentimientos de cuando jugábamos en la vía pública con nuestros amigos. Cuando visitamos ocasionalmente el lago de Chapala algunos domingos. Cuando era el cumpleaños de la abuela y se reunía toda la familia a festejarla. La nostalgia es una sensación anclada en el pasado, irrumpe en nuestra mente cuando sentimos pena, tristeza o melancolía; cuando nos pesa la ausencia de aquellos maravillosos años que no volverán. Pretender que regresen es una quimera. Sólo se es niño una vez.

Colofón

Mientras escribía este texto pensé en los impulsores del primitivo leguaje inclusivo. Afortunadamente esos “inclusivistas” no le han dado en llamar a esa conmemoración, Día del Niño y de la Niña. Son tan primitivos que en el supuesto que lo hicieran, no sabrían por qué. Actúan sin conocimiento de causa. Por inercia. 

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Jaime Marín
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Queda prohibida la reproducción total o parcial del contenido de esta página, mismo que es propiedad de MILENIO DIARIO, S.A. DE C.V.; su reproducción no autorizada constituye una infracción y un delito de conformidad con las leyes aplicables.
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