El pasado 6 de marzo los integrantes de una “mesa de análisis” en televisión nacional se enteraron del bajo nivel de flor silvestre en las encuestas. Uno de ellos, Jorge Castañeda, recomendó “aplicar una guerra sucia, pero sucia en serio contra Claudia Sheinbaum. La guerra debe incluir chismes, mentiras y de todo, si no lo hacen así, pues ya no lo hicieron”, agregó.
Desde entonces flor arremetió con más odio y enjundia contra la candidata de Morena. Su estilo pendenciero lo ha enfocado en críticas, descalificaciones e insultos contra la 4T. En sus recientes presentaciones se erige como pitonisa. Donde quiera que va le dice a sus escuchas que México será un desastre si la 4T continúa gobernando. La hidalguense es ave de mal agüero.
Hace dos semanas, en su visita a la Coparmex, además de llamarles timoratos a los presentes, les pidió que dejen sus empresas dos meses y medio, para hacer campaña a su favor convenciendo a sus trabajadores de su proyecto de gobierno. Les dijo no tengan miedo (miedo de qué, pregunto yo). Con su peculiar lenguaje, el ave de mal agüero les advirtió: “Si no se ponen las pilas nos lleva el carajo”.
En la 87 Convención Nacional Bancaria en Acapulco, llamó a los banqueros a “despertar y sacudirse el miedo” (miedo de qué, vuelvo a preguntar) y recuperar a México. Les dijo que el 2 de junio se definirá el futuro para los próximos 30 años. En su papel de ave de mal agüero, les dijo a los banqueros: “con seis años más de Morena en el poder, el país perderá el nearshoring, ustedes lo saben” remató. Uno de los presentes preguntó a otro en voz baja: ¿de qué feria sacaron a esta clarividente?
Durante su estéril campaña, flor silvestre ha abusado de la palabra miedo. Ha afirmado reiteradamente que AMLO le tiene miedo. A raíz de su destape, retaba cotidianamente a la candidata de Morena a debatir con ella. La morenista se negó permanentemente, flor decía que le tiene miedo. Después de la revolcada que se llevó en el primer debate, yo pregunto: ¿quién le tiene miedo a quién?
Colofón
Desde que los impresentables Alejandro Moreno y Marko Cortés embaucaron a flor por la presidencia, ella no sabe ni qué decir ni cómo actuar. Sus contradicciones van de la mano de sus dislates. Después de pretender justificar su fracaso en el primer debate, ha dicho que para el próximo no hará caso a sus asesores. Los mexicanos —dice— conoceremos a la verdadera flor. Ya la conocemos, digo yo.