Política

Agradecimiento

Durante los primeros días del pasado mes de mayo tuve un leve malestar en mi encía. Lo que empezó como leve malestar se convirtió más tarde en un intenso dolor, era una afta. Cerca de mi oficina se encuentra un consultorio dental. Me encaminé a él en busca de alivio. Era la 1:30 de la tarde. Cuando llegué, salía una señora ataviada en una bata blanca llevando de la mano a un niño de aproximadamente tres años de edad. Eran la doctora Lulú Cárdenas y su hijito Emiliano.

Era evidente que llegué en un momento inconveniente, la doctora iba de salida con su hijito. Brevemente le expuse mi caso en la recepción de la clínica. Me hizo pasar a su consultorio para atenderme. Emiliano estaba inquieto, quería irse, su mamá le dijo que sería solo un momento. Lo que menos quería el niño era estar ahí, para él era la hora de la comida. En menos de treinta minutos la doctora Cárdenas me hizo una curación y me regaló un medicamento para que lo apicara tres veces al día. Saliendo del consultorio no solo se atenuó mi dolor, me sentí gratificado al comprobar que todavía hay profesionistas con vocación de servicio.

Esa experiencia me ha hecho reflexionar respecto a lo que significa la vocación verdadera, “ingrediente” indispensable en aquellos que practican la actividad que por decisión propia emprendieron. Actividad que no necesariamente ejercen en busca de enriquecimiento. Vocación es una manifestación innata en un individuo que se dedica a una determinada ocupación, trabajo, carrera profesional u oficio. Vocación es una práctica que integra un sentido profundo de actuar que va más allá de la simple elección de una carrera. Vocación es una inclinación innata, una atracción que nos guía hacia ciertas actividades, roles o áreas de trabajo.   

Cuando en su actividad profesional hay personas que se enfrentan a una situación de urgencia y la resuelven, merecen nuestro reconocimiento. Aun cuando la doctora iba de salida para darle de comer a su hijito, se impuso su vocación de servicio y en un dos por tres me curó. Además me regaló el medicamento y no me cobró. Hay acciones que no se pagan con nada. Mi agradecimiento sincero a la doctora Lulú Cárdenas.

 

Colofón

En nuestra agitada vida no siempre tenemos la suerte de toparnos con gente con vocación de servicio. Afortunadamente todavía existen personas entregadas a su trabajo que no necesariamente buscan un beneficio económico cuando ejercen su profesión.


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Jaime Marín
  • Jaime Marín
Queda prohibida la reproducción total o parcial del contenido de esta página, mismo que es propiedad de MILENIO DIARIO, S.A. DE C.V.; su reproducción no autorizada constituye una infracción y un delito de conformidad con las leyes aplicables.
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