Es la combinación de dos frases en arameo “A’bra” que significa “voy a crear de la nada” y “K’dabra”, “mientras estoy hablando” o “al hablar”.
Es importante mencionar que el arameo es un lenguaje basado en el hebreo hablado por los judíos de hace 2,000 años, el lenguaje en que está escrito el Talmud.
La palabra en sí, en arameo significa “yo creo la realidad al hablar” y en hebreo “voy creando conforme hablo”, su trascendencia es infinita…
Si nos diéramos cuenta de la relevancia de las palabras utilizadas al hablar, si nos percatáramos de la forma que influyen en nuestras vidas, el qué y cómo hablamos, le pensaríamos más al emitir un enunciado. Es decir, antes de hablar, las palabras estuvieron en nuestro pensamiento y es en ese pensamiento donde estamos creando nuestra vida.
Los pensamientos positivos, que provienen de la alegría, elevan nuestro estado de ánimo; de hecho, la forma en que pensamos, genera la forma en que nos sentimos y al hablar realizamos decretos, promesas y palabra a palabra, creamos nuestro presente y a su vez creamos nuestro futuro.
El uso de la tecnología nos va limitando, cada día vamos disminuyendo las palabras por emojis que representan el estado de ánimo en el cual nos encontramos, evitando el proceso personal de identificar nuestros sentimientos.
Una amiga de profesión psicóloga, me comentó alguna vez, la situación por la que pasan los adolescentes al batallar para identificar sus sentimientos, por la costumbre de usar emojis en sus conversaciones en el teléfono celular.
Hace muchos años, tuve la oportunidad de ir a una galería de arte en la ciudad de Monterrey, Nuevo León; fui a una clase impartida con el fin de ver la forma en que el arte y el lenguaje están involucrados en la pintura. A los participantes nos mostraron pinturas con palabras en inglés, francés y español.
Lo que me llamó la atención fue la forma en que cambiaba el “yo te amo” en los idiomas mencionados, así como una oración altisonante,según el idioma en que se escribiera… El simple hecho de cambiar el idioma, cambiaba la connotación, el sentir era distinto, independientemente del sentimiento que transmitieran fuera el mismo.
Durante un tiempo fui catedrática de la materia de negocios internacionales, a los alumnos les mostré películas en idiomas distintos y tuve la oportunidad de observar la diferencia de las negociaciones existentes con base en el lenguaje y forma de ver la vida dependiendo del origen del país.
Y eran muy claras las diferencias tan solo por la fuerza o suavidad del sonido de las palabras; de hecho, la negociación cambiaba en virtud del lenguaje.
Para concluir, es importante el cuidado de los pensamientos, el saber elegir la información con que nutrimos nuestra mente, siendo favorable dejar atrás pensamientos que nos llevan a estados tristes o depresivos.
Eligiendo mejor pensar, ¿qué más es posible?
Y es importante escuchar las palabras que utilizamos al hablar, con el fin de crear una realidad armónica en nuestra vida.
AbracaAdabra.