Cada que inicia un nuevo año, hacemos propósitos para tratar de mejorar algunos aspectos de nuestra vida, sobre todo en aquellos que sentimos que debemos darle mas atención. Terminó un año atípico y creímos que al finalizar, la pandemia estaría controlada, pero no fue así.
La pandemia continúa y no sabemos con certeza por cuanto tiempo más tendremos que lidiar con ella. Sin embargo, el covid 19 nos ha permitido reflexionar sobre lo vulnerable que es el ser humano y lo inestable que es el estado saludable.
Nuestro desafío 24/7, para enfrentar el 2021, será fortalecer y mantener los hábitos saludables que hemos aprendido durante la pandemia.
Tómate un momento para recordar los últimos 365 días de tu vida. Dentro de unos años, cuando hables del 2020, ¿qué recordarás? Quizás a los trabajadores de la salud que trabajaron sin parar las 24 horas de los 7 días de la semana, tratando de salvar vidas a costa de la suya. O quizás, un recuerdo de los días de confinamiento en casa con la familia, o de las “burbujas” pandémicas que ayudaron a fortalecer las relaciones personales. Tal vez recuerdes la pérdida de algún ser querido o el darte de cuenta de la fuerza y la resistencia que no sabías que tenías.
Revivir gran parte de 2020 puede parecer una idea terrible, los psicólogos dicen que no, que es una mejor manera de comenzar el nuevo año. Mirar hacia atrás te ayudará a desarrollar las lecciones aprendidas, e incluso puedes identificar algunos hábitos positivos que has aprendido.
La psicóloga de la salud, Kelly McGonigal, quien también es profesora de la Universidad de Stanford y autora de The Willpower Instinct relató al New York Times: “No creo que hayamos tenido la apreciación emocional que necesitamos y merecemos por el tipo de año que han tenido muchas personas. La reflexión que se necesita en este momento es una mirada real, honesta y autocompasiva de lo que se ha perdido, quién se ha perdido y qué es lo que quiere elegir para recordar sobre 2020. La reflexión es una forma de estar listo para avanzar hacia el Año Nuevo. Lo digo todos los años, pero creo que es especialmente cierto para este año”.
Reflexionar sobre lo que lograste o perdiste el año pasado, también es un camino saludable hacia la superación personal. Los estudios demuestran constantemente que los propósitos de Año Nuevo no funcionan. Para febrero, la mayoría de la gente los ha abandonado.
El problema con muchos de los propósitos es que tienden a ser inherentemente autocríticas y surgen de una especie de pensamiento mágico, de que con un gran cambio, perder algo de peso, hacer ejercicio regularmente, ganar o ahorrar más dinero, la vida se transformará.
Una de las mejores formas de cambiar el comportamiento y formar un nuevo hábito es combinarlo con un comportamiento existente, lo que en la ciencia de la formación de hábitos se denomina “apilamiento”. Es la razón por la que los médicos, por ejemplo, sugieren tomar un nuevo medicamento al mismo tiempo que te cepillas los dientes o tomas el café de la mañana, facilita que recuerdes tomarlo, al asociarlo a un hábito existente.
Caminar más cuando vas diario al trabajo es una mejor manera de hacer más ejercicio que tratar de hacer tiempo para una caminata diaria.
Al reflexionar sobre las lecciones del año pasado, podemos acumular y desarrollar los buenos hábitos que comenzamos en 2020. Quizás eso implicó descubrir nuevas formas de hacer ejercicio cuando los gimnasios estaban cerrados, fortalecer las amistades forjadas a través de nuestras burbujas sociales, organizar nuestros hogares para vivir y aprender las 24 horas del día, los 7 días de la semana, aprender a cocinar comidas más saludables o hacernos responsables del cuidado de los demás.
Cuando todos seamos vacunados y el fin de la pandemia esté a la vista, no sería necesario que abandones esos hábitos, por el contrario, aprovéchalos. No deseches ningún hábito adquirido en la cuarentena, es una estrategia saludable para toda la vida.
Feliz y saludable 2021.
dr.ignaciocardona@gmail.com