Las protestas en Puerto Rico continúan, exigiendo la renuncia del gobernador de Puerto Rico, Ricardo Rosselló, después de que se difundiera un chat con mensajes sexistas y homófobos entre él e integrantes de su gabinete, mismos que fueron intercambiados entre diciembre de 2018 y enero de 2019.
A partir de que se dieron a conocer a la opinión pública, los reclamos y pronunciamientos fueron subiendo de intensidad. Las calles han sido invadidas por miles de puertorriqueños, incluyendo figuras como Ricky Martin, Bad Bunny, René Peréz “Residente” y Benicio del Toro, en cinco días de protestas.
Esta situación pone en la mesa del debate la importancia y el poder de las palabras, pero sobre todo la trascendencia que tiene en voz de un gobernante expresiones realizadas a la ligera.
En tiempos en donde la comunicación es inmediata y cuando las redes sociales son alimentadas por la mayoría de la población que tiene acceso a los servicios de mensajería instantánea, los líderes políticos deben de entender que sus actos y conversaciones privadas deben ser congruentes con su actuar público. Si no lo comprenden, solo están marcando distancia con la realidad social.
Las protestas en Puerto Rico demuestran que la sociedad sigue en la dinámica de consolidar su empoderamiento, de defender los espacios de participación que se han ganado, pero sobre todo, de exigir que sus gobernantes sean honestos en su actuar.
Si bien el gobernador de Puerto Rico ha ofrecido disculpas y hecho un llamado a la reconciliación, la realidad es que la confianza que representaban los votos que lo eligieron se esfumaron, ante la revelación de una personalidad que era desconocida para los puertorriqueños, y que finalmente es la que rechazan que siga gobernándolos, ¿no cree usted?