Cultura

Una Drag Queen frente al espejo


Sebastián Islas Romero, artista plástico nacido en Ciudad de México en 1996, se convierte en Murcia Lagos, una Drag Queen que ha servido de modelo y practica lo que denomina como alter-retrato.


Todo empezó en el transcurso de las materias de Fotografía y Estudios de Género, cuando estudiaba la carrera de Artes Visuales: sus compañeros le pedían que modelara. Entonces se transformaba.

El nombre de Murcia Lagos nacería más tarde en Valencia, España, durante un intercambio académico con una escuela de esa ciudad, que tiene como símbolo el murciélago, del que derivan varios distintivos.

Su transformación frente al espejo, rodeada de varios elementos, es una labor minuciosa. Primero cubre la mayor parte de su rostro con capas de pintura blanca y después matiza de cereza sus grandes cejas.

Se le dificulta un poco ponerse los pupilentes color verde; no así un parcial guinda de la nariz y las comisuras de los ojos; lo mismo el tinte de sus labios, que logra aparentar más gruesos; y termina con repetidos pincelazos en los pómulos, hasta formar un arco del tabique a las sienes.

Entra a una recámara y sale ataviada con un largo vestido de color rojo escarlata, abierto del lado izquierdo a partir de la cintura; en la mano, una peluca negra que se ajusta frente al espejo; encima, una corona de rosas rojas.

Ya instalada frente al caballete se toma una foto con un teléfono que sostiene en la mano izquierda; en la derecha, un lápiz, la vista aquí y allá, y en el lienzo comienza el trazo de su nuevo rostro; el pelo, la corona, las manos y el torso envuelto de tela carmesí hasta la cintura.


Luego, los teñidos.

Pasarán horas.

Y aparecerá su Alter Retrato.

Una Drag Queen de pies a cabeza.


***

Siempre he tenido la idea de que mi vida artística comenzó poco después de aprender a identificar mi nombre.

Recuerdo con mucho cariño que dentro de la colección de los libros de mi padre, había uno con un título enorme que decía SEBASTIÁN; yo sabía que ese era mi nombre, pero al abrirlo no vi más que fotografías de estructuras de muchos colores y formas, incluso algunas más grandes que edificios completos. Así es: estaba contemplando un libro de Enrique Carbajal. Y desde ese momento entendí que yo podría crear cosas así de monumentales.

Mi abuelo paterno se dio cuenta de esto y, al ver que me interesaban tanto las formas y los colores, me puso a dibujar y construir figurillas con maderas y plastilina, en cada visita que yo le hacía en su taller de carpintería.

Crecí y jamás solté mis lápices de colores y pinturitas que de vez en cuando me regalaba mi familia, y comprendí que no solamente era distinto a otros niños en cuanto a pasatiempos, pues también me gustaban otras cosas, que al parecer no me correspondían, pues eran "para niñas". Pero es que al crecer en una casa llena de mujeres, nunca me pareció algo equivocado jugar con muñecas, o que me gustara tanto el maquillaje como las pinturas acrílicas.

Al terminar el bachillerato supe que debía irme directo por ese sueño de la creación artística y decidí estudiar Artes Visuales en la UNAM, donde tuve que pasar por muchos talleres para encontrar mi lugar en la pintura y donde también encontré a mi alter-ego, Murcia Lagos, una vampira posmoderna que me ayuda a expresarme libremente usando y vistiendo todo lo que Sebastián siempre quiso pero no se atrevía a hacerlo.

Mi entrada al famoso taller T-125, a cargo de Diana Salazar, marcó una importante etapa en mi desarrollo artístico, pues fue ahí donde di nombre a mi proyecto artístico, el ALTERRETRATO, y más adelante, gracias a una beca internacional, me fui hasta Valencia, España, para terminar de aterrizarlo y darle más cuerpo con la ayuda del profesor Juan Peiró, de la UPV, Universidad Politécnica de Valencia.

Desde entonces no he dejado de producir alter retratos, que no son más que la auto-representación sin límite, donde caben mis autorretratos como Sebastián Islas, decidiendo qué ropa usar frente a su cajón, así como los autorretratos de Murcia Lagos, posando el nuevo labial que acaba de conseguir.

Y también mi Declaración de artista:

Drag Queen Sebastián, pensando en las políticas de disidencia llevadas a cabo por la comunidad LGBTTTI, más el artista como individuo vulnerable, he creado lo que llamo “Alter Retrato”.

Una autoconstrucción donde considero que, sin distinción ni restricción puede lograrse la autorrepresentación. Es decir, autorretratos en los que caben las alternativas estéticas, de comportamiento y de personalidad, a las normas sociales y de género que nos rigen en la cotidianidad.

***

“Yo no sabía nada de maquillaje, ni de las Drag Queen ni nada, pero ellos me ayudaron a sembrar esa semillita, el interés, y ya de ahí poco a poco empecé a hacerlo por mi cuenta”, recuerda Sebastián Islas Romero, en referencia a sus compañeros de la UNAM, donde de 2014 a 2019 estudió la carrera de Artes Visuales con especialidad en pintura corporal.

“El Body Painting es la pintura de todo el cuerpo, se ocupa el cuerpo como lienzo, en lugar del típico bastidor con la tela”, explica Sebastián.

El personaje y su desarrollo profesional se formalizó en España, año 2018, mientras hacía su maestría.

“El personaje tiene que ver porque en Valencia tienen como símbolo el murciélago, como nosotros tenemos aquí al águila”, refiere Sebastián. “Ellos lo tienen en su equipo de futbol, en su escudo, en las coladeras, en las calles, en su banderita del estado”.

—Y te transformas.

—Sí, hago este procedimiento de las Drag Queen: el maquillaje, la peluca, los tacones, el vestido. Ya que tengo ese personaje transformado, ya traído a la realidad, es cuando decido retratarlo y llevarlo a la pintura.

—¿Se apodera el personaje de ti o tú del personaje?

—El personaje trae consigo todo: personalidad, voz, apariencia, sobre todo; es algo mágico que pasa dentro de nosotros, que al estar vestido tal cual sale a la luz, con todo lo que trae consigo…

—En este caso cuál fue tu transformación.

—Un personaje de piel blanca, porque tiene que ver con los vampiros, los cadáveres; me gusta crear ese personaje como de terror. Entonces hago piel blanca y posteriormente el maquillaje más oscuro, un vestido rojo con encaje y un tocado que está acá arriba.

—Sebastián es Murcia Lagos o Murcia Lagos es Sebastián.

—Yo creo que se complementan. Sebastián es el que sale a la calle y Murcia Lagos —de murciélagos—se complementa, pero entre lo que no hace uno, lo hace el otro.

—¿Y cómo se te ocurrió, en qué momento, el alter retrato?

—Este proyecto surge por una pieza detonante, casi al terminar mi carrera, en donde retrato a mi hermana frente a un espejo al momento de que se está vistiendo para ir a alguna fiesta. Ella se está construyendo su autoimagen en el vestuario, en el maquillaje, en su peinado. La pieza está planteada para que el espectador se pregunte justo eso: es un retrato de Mónica o es un autorretrato, ya que estoy retratando su autoimagen.

—Y además te dedicas profesionalmente a la pintura.

—Sí, vendo mis piezas, he vendido varias, y hago encargos; por ejemplo, si la gente me dice: “ay, qué crees, quiero un retrato de mi mascota, un retrato de un familiar, una copia…”

Es Sebastián, egresado de la Facultad de Artes y Diseño de la UNAM, un artista que practica el alter retrato, a partir de su transformación como drag queen, con el seudónimo de Murcia Lagos.


Humberto Ríos Navarrete

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