Política

Virgen de la Madrugada

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Mi hermano ha pasado la mañana haciendo un molde de su última máscara, que representa la cabeza mutilada de un hombre bueno convertido en luna de acuerdo a un antiguo mito brasileño.

La cara es redonda, tiene orejas pequeñas, ojos saltones, nariz delgada y boca medio abierta en expresión de angustia.

Me dio a leer hace tiempo ese mito. Recuerdo que la bondad del hombre bueno exhibía la miseria de los otros hombres del pueblo, quienes lo decapitaban y él se convertía en luna para atormentarlos con su presencia celeste durante cada una de las noches por el resto de sus vidas humanas.

El molde de la máscara le servirá para realizar tres reproducciones en cemento. Una quiere venderla, la otra se la queda y la tercera es para mamá a manera de regalo. A ella no va a gustarle la idea de poner esta máscara en su casa, es una persona que evita rodearse de presencias siniestras, seguramente la terminará por arrinconar al fondo de su bodega, entre el baúl de herramientas y la escalera.

El tiempo que su trabajo como criminólogo le deja libre, mi hermano lo utiliza para jugar ajedrez y crear máscaras. Todas sus máscaras comparten una misma expresión: angustiosa, y un mismo origen literario sórdido o despiadado.

***

Y yo quiero alejarme de eso y pongo Ilaló de Chacha Vía Circuito, canción que invoca a la Virgen de la Madrugada para pedirle claridad y tranquilidad, pero es durante la noche, al andar por la montaña, que encuentra luz y calma. Me gusta la idea de que la Virgen de la Madrugada quizá sea nocturna. Tendemos a buscar fuera lo que siempre estuvo dentro, diría Lázaro Cristóbal Comala. Me gusta la idea de siempre estar equivocados, nunca entender lo que necesitamos y de pronto descubrir las respuestas correctas desde el azar, en lugares jamás contemplados, bajo formas inesperadas. La sorpresa como esencia de una vida luminosa. Entonces se trata de no perder la capacidad de asombro. Y en estos últimos años me asombro poco. Me he vuelto cínico y seco. Combato eso. A veces me asombra la lluvia y a veces me asombran las posibilidades entre pieles. A veces me asombra el poder del sonido y a veces me asombran los colores de la naciente tarde, que son ocres, lechosos y naranjas.

Hugo Roca Joglab

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Queda prohibida la reproducción total o parcial del contenido de esta página, mismo que es propiedad de MILENIO DIARIO, S.A. DE C.V.; su reproducción no autorizada constituye una infracción y un delito de conformidad con las leyes aplicables.
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