Los seres humanos tenemos por naturaleza algo de violencia interna, el deporte ha sido un excelente catalizador para desfogar esa energía que bien podría ser negativa y qué en un campo de fútbol americano o en un ring de boxeo se convierten en actividades sanas e incluso entretenidas para hacer catarsis física.
El día de hoy el problema es que la crisis mundial tiene prohibida la actividad deportiva, y créanme que no es casualidad que veamos tanta violencia como la que está afectando a los Estados Unidos de forma pandémica, aunque los motivos para manifestarse están plenamente justificados, esto podría protestarse con efectividad de forma pacífica, pero viendo el eco de violencia en todo el país, es un hecho que después de tantos meses de incertidumbre, miedo y encierro, los ánimos de la gente están caldeados y la violencia ha sido su válvula de escape. Me pregunto si todo esto hubiera sucedido igual si estuvieran las actividades regulares en la sociedad incluyendo los deportes qué tanto nos atraen y distraen.
Y como dicen, violencia provoca violencia, todo esto ha sido ocasionado por hechos de discriminación racial como el caso del asesinato grotesco y vergonzoso de George Floyd por policías en Minnesota y a ese se aúnan los casos en febrero del joven Ahmaud Arbey abatido en mayo a balazos como un animal por un padre e hijo en Georgia y de la paramédico Breonna Taylor baleada mientras dormía en su casa en Kentucky, todos hechos deplorables cuyo factor común es que las victimas son de origen afroamericano y han muerto en manos de gente blanca y en poblaciones con tendencias racistas por siglos. A esto, súmenle los muertos que ya hubo en las mismas manifestaciones.
Otro efecto negativo de estas protestas es que rompen las reglas de la sana distancia, en su inconformidad, los manifestantes se juntan irresponsablemente y se arriesgan a contagiarse y expandir el covid 19, y eso no es exclusivo de los gringos, en México el fin de semana también hubo caravanas que, aunque tienen buena causa, también rompen la orden de quedarse en casa, afortunadamente no hubo violencia aquí pero esperamos que tampoco tengamos consecuencias en relación a contagios.
Todo esto me recuerda a otra víctima de las protestas sociales: Colin Kaepernick, el ex Mariscal de campo de los 49´s de San Francisco, quien terminó sin trabajo por tener el valor de pedirle al mundo, de forma pacifica, que se hiciera algo sobre las injusticias raciales y sociales. Se sabe que el mismo Donald Trump trabajó en contra de sus protestas, inclusive presiono a la NFL hasta lograr se impusieran multas en contra de sus jugadores si insistían con esos mensajes, es decir, por medio del deporte se trató de prevenir esto que está pasando y la política amordazó esas voces. Hoy por hoy nos damos cuenta que las protestas de Kaepernick y otros que se unieron a su causa tienen toda la razón y se debieron escuchar a tiempo.
Ahora creo que incluso los mencionados asesinos, sin afán de justificarlos, pudieron actuar de forma menos drástica en circunstancias sociales normales.
Es también irónico ver como en los deportes, aun en los violentos como el americano, es donde vemos integrados a jugadores de cualquier raza, religión o nacionalidad y que es precisamente la unión y el buen compañerismo entre ellos lo que lleva al éxito a sus equipos. Vuelvo a preguntar ¿será casualidad tanta violencia actualmente con tanta restricción física? Insisto, el emparrillado es un lugar de los pocos donde se vale la violencia de una manera medida, estratégica y con inteligencia, no debería haber más pretextos para violencia entre seres humanos.
La apertura de las actividades ha permitido ya que los equipos de la NFL y otros deportes empiecen sus actividades, y por buena noticia que parezca, es un tema muy delicado, por qué las curvas de contagios una vez más van en aumento, parece que el futuro es un albur, sin la pandemia controlada y ya reanudando actividades quien sabe dónde termine la “nueva normalidad” .
No puedo imaginar los pensamientos de los astronautas de la nave Crew Dragon alejándose del planeta el sábado, una tierra asustada, enferma, violenta y semi paralizada, Maxime cuando su misión es la prueba de unión de más de 100 mil almas de todos los orígenes que en conjunto han logrado este histórico avance, es irónico que ante esta situación la NASA anuncie que el siguiente paso de la humanidad es regresar a la luna, algo sarcástico diría yo, cuando no somos capaces de vivir en comunión y armonía ni en nuestra propia casa.
Me quedo con la esperanza de que superemos esta etapa, por mientras a cuidarse y apoyar .
Y de aquí… A lo que sigue.
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